Entrevista:

"Me han contado que es fácil aprobar"

La cuenta atrás ha empezado. Sin embargo, José Luis Madrid, de 18 años, se enfrenta a los exámenes de selectividad con absoluta tranquilidad. Considera que estos exámenes son importantes, pero, según le han contado amigos y conocidos, "son fáciles de aprobar". Este alumno del barrio de Moratalaz quiero estudiar una ingeniería técnica. "Pero no sé si conseguiré la nota necesaria para entrar en estas carreras", dice humildemente. A su favor tiene la alta nota conseguida de media en COU, un ocho con seis décimas, y la media nada despereciable de los, tres cursos de BUP, un nueve.Lo único que teme...

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La cuenta atrás ha empezado. Sin embargo, José Luis Madrid, de 18 años, se enfrenta a los exámenes de selectividad con absoluta tranquilidad. Considera que estos exámenes son importantes, pero, según le han contado amigos y conocidos, "son fáciles de aprobar". Este alumno del barrio de Moratalaz quiero estudiar una ingeniería técnica. "Pero no sé si conseguiré la nota necesaria para entrar en estas carreras", dice humildemente. A su favor tiene la alta nota conseguida de media en COU, un ocho con seis décimas, y la media nada despereciable de los, tres cursos de BUP, un nueve.Lo único que teme es no poder acordarse de los 1.500 folios que lleva empollados de las asignaturas de su optativa. "Tengo la sensación de no saber nada, supongo que el día del examen me vendrá la inspiración y me acordaré de todo. Pero lo que más temo es no poder acordarme de las cosas", explica confiado, tras consultar con amigos y comprobar que a ellos también les ocurre lo mismo. De las pruebas que tendrá que superar, cree que será el idioma inglés la mas fácil de aprobar. Tiene un buen nivel en esta lengua extranjera y no tendrá dificultades para traducir un texto escrito. En cambio, es la asignatura de filosofía la más problemática. "Me cuesta trabajo memorizar todas las teorías de los filósofos, se me olvidan todas estas cosas...", explica este alumno.

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Y es que José Luis es un chico de "ciencias puras", como él mismo se define. Un muchacho sanote. No bebe, sólo agua, no fuma, y estudia, en la salita de estar de su casa una media de ocho horas diarias. Ayer, sábado, lo dedicó a repasar exámenes de anteriores años. Hoy dedicará la mañana a practicar con estas pruebas y a jugar un partido de baloncesto. Por la tarde acudirá con unos compañeros del instituto a conocer el lugar donde pasará los próximos dos días, la Facultad de Derecho de la Complutense. Ya de vuelta a casa, una cena ligera y "a intentar dormir ocho horas".

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