La guerra comercial de los detergentes llega al terreno científico

El fabricante del 'acelerador' publica su ingrediente mágico para demostrar su eficacia

Lo que pasa cuando los polvos de detergente se ponen a limpiar la ropa sucia en una lavadora es el meollo de la gran batalla que están librando los dos gigantes en la fabricación de detergentes, Unilever y Procter & Gamble, en torno a un nuevo tipo de producto. Y ahora la batalla pasa al terreno científico con la publicación en la revista especializada Nature, por parte de Unilever, la fórmula de su ingrediente mágico, el acelerador. Con ello pretenden demostrar científicamente sus cualidades para lavar más blanco a menor temperatura sin efectos perjudiciales.

La empresa holandesa U...

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Lo que pasa cuando los polvos de detergente se ponen a limpiar la ropa sucia en una lavadora es el meollo de la gran batalla que están librando los dos gigantes en la fabricación de detergentes, Unilever y Procter & Gamble, en torno a un nuevo tipo de producto. Y ahora la batalla pasa al terreno científico con la publicación en la revista especializada Nature, por parte de Unilever, la fórmula de su ingrediente mágico, el acelerador. Con ello pretenden demostrar científicamente sus cualidades para lavar más blanco a menor temperatura sin efectos perjudiciales.

La empresa holandesa Unilever, fabricante de Omo y Persil -en España, Skip y Luzil- afirma que su detergente con acelerador transporta mejor la suciedad a las bajas temperaturas que exigen los actuales tejidos sintéticos. Pero Procter & Gamble, de EE UU, fabricante de Ariel, afirma que los nuevos polvos disuelven la ropa al mismo tiempo que la suciedad.El ingrediente mágico es una complicada molécula orgánica combinada con un metal, el manganeso. De hecho, no quita la suciedad por sí misma, sino que ayuda al agente blanqueador del detergente a funcionar de forma más eficaz. En otras palabras, es un catalizador.

Agua oxigenada

A pesar de todo lo que se dice en la publicidad, la sustancia que quita la suciedad en la inmensa mayoría de los detergentes es algo tan conocido y simple como el peróxido de hidrógeno (base del agua oxigenada), un agente blanqueador conocido por todos aquellos que se quieren aclarar el pelo.El problema es que el peróxido de hidrógeno funciona mejor a temperaturas superiores a los 60 grados, que está bien para el algodón pero es demasiado alta para la lana, la seda y las fibras sintéticas. Por eso las sábanas y las toallas suelen quedar bien con cualquier detergente, pero lo demás puede que no.

Encontrar un agente blanqueador que funcione a bajas temperaturas es para los fabricantes de detergente lo que el Santo Grial era para los cruzados. Mientras, han recurrido a un subterfugio: la blancura brillante que producen algunos detergentes no tiene que ver con la limpieza, sino con un compuesto químico fluorescente que absorbe la luz ultravioleta y la remite en la parte azul del espectro.

Otra solución es añadir aditivos que reaccionan con el peróxido de hidrógeno para producir un agente blanqueador efectivo a bajas temperaturas. El ácido peroxiacético (o sus parientes químicos, los ácidos peroxicarboxílicos) blanquea bastante bien incluso a 40 grados, pero no a temperaturas más bajas. El problema es que estos aditivos hacen que los detergentes ocupen más espacio, lo que va contra la tendencia hacia fórmulas concentradas en paquetes pequeños. También hacen subir el precio y además pueden resultar dañinos para el medio ambiente.

La solución está en encontrar un catalizador, sustancia que hace que las reacciones químicas sean más veloces sin intervenir directamente en ellas, por lo que basta una pequeña cantidad.

En su artículo de la revista Nature, Ronald Hage y sus compañeros del Laboratorio de Investigación Unilever de VIaardingen (Holanda), muestran cómo una selección de catalizadores orgánicos basados en manganeso -en muy pequeña cantidad- ayudan al blanqueador a funcionar eficazmente a 40 grados. El manganeso no daña el medio ambiente, añaden los investigadores.

Mantener el secreto

En los experimentos se probaron ocho catalizadores de este tipo y los científicos se guardan de decir cuál de ellos es el acelerador que han incorporado de hecho al nuevo detergente, aunque dan ciertas pistas. No se puede hacer una investigación científica de un detergente sin una prueba del antes y el después. Los investigadores lavaron a 40 grados trapos manchados de té para demostrar la potencia de tres de sus catalizadores frente a la del peróxido de hidrógeno por sí solo y con un aditivo estándar. El que presenta mejores resultados es un complejo formado por dos iones de manganeso, ligados por átomos de oxígeno y anillos de un compuesto de nitrógeno, todo ello contenido por un compuesto de fósforo y flúor (la reflejada en la ilustración).Esta es la ciencia que hay detrás de la espuma. Nadie pone en duda la capacidad de los catalizadores de manganeso de Unilever para quitar la suciedad. La pregunta que plantea Procter & Gamble es si al mismo tiempo no se oxida más la ropa, y para demostrarlo han inundado a los periodistas con restos de calzoncillos supuestamente destruidos por el nuevo detergente. Al final, el consumidor decidirá.

Copyright Nature.

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