Gómez-Navarro dice que no hay ningún tipo de opacidad en las concesiones de los créditos FAD

"No hay ningún tipo de opacidad sobre quiénes son los receptores de los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo [FAD]", así lo afirmó Javier Gómez-Navarro, ministro de Comercio y Turismo. El ministro explicó ayer la evolución de este fondo desde su nacimiento, en el año 1976, y aseguró que "ha supuesto un importante impulso a la exportación". El total de créditos formalizados a países en vías de desarrollo desde su nacimiento ha sido de 571.764 millones de pesetas, de los que el 43% fueron a países de Latinoamérica; el 24,6%, a Asia, y el 18%, al Magreb.

El saldo de créditos a finales...

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"No hay ningún tipo de opacidad sobre quiénes son los receptores de los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo [FAD]", así lo afirmó Javier Gómez-Navarro, ministro de Comercio y Turismo. El ministro explicó ayer la evolución de este fondo desde su nacimiento, en el año 1976, y aseguró que "ha supuesto un importante impulso a la exportación". El total de créditos formalizados a países en vías de desarrollo desde su nacimiento ha sido de 571.764 millones de pesetas, de los que el 43% fueron a países de Latinoamérica; el 24,6%, a Asia, y el 18%, al Magreb.

El saldo de créditos a finales de 1992 era de 378.660 millones y pasó a 541.679 un año después, es decir, hubo un crecimiento del 43%. Gómez-Navarro manifestó, en una conferencia de prensa sobre la evolución de los créditos FAD, que se ha creado "cierta alarma social injustifida ante el funcionamiento de estos créditos por no conocerse bien". Nacido mediante un Real Decreto en el año 1976, siendo ministro de Comercio Juan Lladó, el Fondo de Ayuda al Desarrollo, (FAD) se pensó como un instumento de potenciación de la exportación con criterios "estrictamente económicos y no como donativos".

El texto legal que los creó los define como créditos que se han de conceder a países en vías de desarrollo. Se conceden de Estado a Estado y ha de servir para financiar la venta de bienes y servicios, cuentan con un plazo de amortización más largo que los de mercado y el tipo de interés también es más bajo. El periodo medio de carencia es de 10 años y son "créditos que se cobran", según el ministro.

En la actualidad, el índice de morosidad de estos créditos se sitúa en el 4%, justo la mitad del nivel de morosidad que soporta el sistema crediticio español. Cuba es el principal país deudor con un montante de 4.528 millones de pesetas, según datos de abril. Según el ministro, es lógico que las organizaciones no gubernamentales o humanitarias, reclamen estos créditos a países con escaso nivel de renta, pero "no estamos ante donativos, sino ante créditos que se devuelven y, por ello se dan a países con posibilidad de devolverlos". En

En los dos últimos años, España ha reembolsado por devolución de estos créditos 29.000 millones de pesetas. En el año 1992 se devolvieron 8.400 millones y en el año 1993, 21.200 millones. Hasta mayo de este año, se han recuperado 8.700 millones.El Ministro valoró como muy positivo el efecto de los créditos FAD para el fomento de las exportaciones. En este sentido, dijo que en el periodo 1988-1993 las exportaciones españolas a los diez países que más créditos FAD han recibido han aumentado un 73%.

Los criterios de concesión de estos créditos siguen unas normas fijadas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y han seguido el interés de la política de comercio exterior española. Es decir, que se han centrado en las tres áreas estratégicas de la exportación español: Latinoamérica, los países emergentes de Extremo Oriente y la zona del Magreb.

Hasta ahora, el 65% de los créditos FAD concedidos se han dirigido a empresas privadas y el 35% restante a empresas públicas. El sector eléctrico es el más beneficiado, seguido del sector de bienes de equipo y sector naval.

Respecto al informe que elaboró el Tribunal de Cuentas en el mes de septiembre de 1993 sobre los créditos FAD, el ministro dijo que "en ningún momento se habló de la palabra irregularidad, sino que apuntaban una serie de comentarios sobre susceptibles mejoras en la gestión de estos fondos".

En cuanto a la polémica suscitada por la concesión de créditos FAD a Venezuela, Gómez-Navarro aseguró que la operación en la que se financió la compra de azúcar cubano por parte de Venezuela tenía carácter de "ayuda humanitaria" aunque reconoció que tal y como se han desarrollado los hechos "hemos salido perjudicados por la situación política que vive Venezuela". El crédito para la compra de azúcar fue de 133 millones de dólares. De esa cantidad, 83 millones corresponden a un crédito comercial que ya ha sido totalmente amortizado. Los 50 restantes fueron a través de un crédito FAD, del que quedan 24 millones por cobrar.

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