París y Bonn tratan de "ajustar al milímetro", un nuevo impulso comunitario

Francia y Alemania iniciaron ayer su cumbre número 63 en la localidad fronteriza de Mulhouse (Alsacia), con el objetivo de coordinarse para dar un nuevo impulso a la Unión Europea (UE). Alemania asumirá la presidencia semestral de la Unión a finales de junio, y Francia tomará el relevo en enero de 1995. Ambos países confían en que sus presidencias consecutivas acaben con una larga etapa de turbulencias: crisis monetaria, ratificación de Maastricht, negociación del GATT y ampliación de 12 a 16 miembros. También quieren "ajustar al milímetro", según un portavoz gubernamental francés, sus polític...

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Francia y Alemania iniciaron ayer su cumbre número 63 en la localidad fronteriza de Mulhouse (Alsacia), con el objetivo de coordinarse para dar un nuevo impulso a la Unión Europea (UE). Alemania asumirá la presidencia semestral de la Unión a finales de junio, y Francia tomará el relevo en enero de 1995. Ambos países confían en que sus presidencias consecutivas acaben con una larga etapa de turbulencias: crisis monetaria, ratificación de Maastricht, negociación del GATT y ampliación de 12 a 16 miembros. También quieren "ajustar al milímetro", según un portavoz gubernamental francés, sus políticas de cooperación con la Europa no comunitaria, tras varios meses de desavenencias diplomáticas.El presidente francés, François Mitterrand; su primer ministro, Édouard Balladur; el canciller alemán, Helmut Kohl, y 15 ministros de ambas naciones acordaron ya ayer la creación de un grupo de trabajo permanente, compuesto por funcionarios de ambos países, cuya función será la de asegurar para el futuro la coordinación franco-alemana en el seno de la UE.

Durante la jornada de hoy, segunda y última de la reunión, las dos delegaciones prepararán la próxima reunión del Consejo de Europa (23 y 24 de junio, en Corfú) y la cumbre de los siete países más industrializados del mundo, el Grupo de los siete (del 8 al 10 de julio, en Nápoles).

Los trabajos de la cumbre desarrollados ayer giraron en torno a las cuestiones ligadas a la convergencia económica. En esta línea, el ministro alemán de Economía, Theo Waigel, anunció en Mulhouse que ya están registrándose signos de recuperación.

La cumbre franco-alemana de Mulhouse debe servir asimismo para disipar definitivamente las desavenencias abiertas por la conmemoración de los 50 años del desembarco aliado en Normandía, a la que no ha sido invitada Alemania. El malestar alemán por su marginación en los fastos del lunes próximo, 6 de junio, se verá mitigado por una ceremonia en la que se celebrará la reconciliación de las juventudes de Francia y Alemania, dentro de dos semanas.

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