Cartas al director

Farmacéuticos sin farmacia

Nos dirigimos a usted y a los lectores de su periódico ante las reiteradas negativas a ser recibidos por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que impide incluso plantear nuestras reivindicaciones, que se pueden resumir en que se nos permita ejercer libremente nuestra profesión de farmacéuticos. Formamos un colectivo de farmacéuticos sin oficina de farmacia que no estamos representados por ninguno de los interlocutores que sí tienen audiencia ante su consejería, como el Colegio de Farmacéuticos, que sólo defiende a un grupo de privilegiados. La asociación Farmacéuticos en Paro nac...

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Nos dirigimos a usted y a los lectores de su periódico ante las reiteradas negativas a ser recibidos por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que impide incluso plantear nuestras reivindicaciones, que se pueden resumir en que se nos permita ejercer libremente nuestra profesión de farmacéuticos. Formamos un colectivo de farmacéuticos sin oficina de farmacia que no estamos representados por ninguno de los interlocutores que sí tienen audiencia ante su consejería, como el Colegio de Farmacéuticos, que sólo defiende a un grupo de privilegiados. La asociación Farmacéuticos en Paro nace con el fin de que todos los farmacéuticos puedan establecerse siguiendo los principios de libre empresa que inspiran a la Constitución española, para así servir mejor a la sociedad y que haya competencia en el sector.Las limitaciones al libre ejercicio de la profesión de farmacéutico se basan en un decreto-ley de 1944, la época dura y autárquica del franquismo. Es intolerable que hoy día siga vigente y que el Gobierno no adapte las leyes del sector a las necesidades de la sociedad para abaratar costes y precios reduciendo beneficios de un grupo privilegiado y minoritario. Las limitaciones han provocado que, muchos núcleos superpoblados estén mal atendidos, eso sí, con farmacias multimillonarias. Las limitaciones provocan un alto número de parados, de los que se benefician el grupo privilegiado de farmacéuticos con farmacia, que los pueden subemplear en condiciones a veces realmente miserables. Al no existir libertad de apertura, una autorización, de farmacia es una concesión administrativa ilimitada y a perpetuidad, que además se puede comprar, vender, heredar o traspasar, de forma que los farmacéuticos instalados pueden negociar con su farmacia y lograr con los traspasos beneficios millonarios, para obtener a los pocos días nuevas concesiones de farmacias de reciente creación. Como no hay incompatibilidad de cargos en el colegio, este tráfico, de concesiones, de nuevas farmacias (gratis) y su traspaso posterior (por millones) suele beneficiar a un grupo minoritario, que es a la vez juez y parte en las nuevas concesiones. En 1990 se promulgó la nueva Ley del Medicamento, y en ella no se reforman estos abusos del pasado, aunque se establece que las farmacias son establecimientos sanitarios ligados al Sistema Nacional de la Salud. La Ley General de Sanidad, por su parte, reconoce el derecho al ejercicio libre de las profesiones sanitarias, así como la libertad de empresa en el sector sanitario, conforme a los artículos 35 y 38 de la Constitución. Exigimos que se reformen las leyes caducas y se desarrollen las nuevas para acabar con tan injusta situación- Farmacéuticos en Paro.

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