El Gobierno mexicano pide a la ONU asistencia electoral

El Gobierno de México solicitó el miércoles asistencia a Naciones Unidas para las elecciones presidenciales del 21 de agosto próximo, lo que comporta un primer paso para la admisión de observadores internacionales. La decisión, que rompe con la tradición histórica mexicana de no compartir sus asuntos internos con el exterior, busca evitar un conflicto posterior a esa fecha sobre la credibilidad de los resultados electorales.La petición se formalizó en una carta personal del secretario de Gobernación, el constitucionalista Jorge Carpizo, al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali. En ...

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El Gobierno de México solicitó el miércoles asistencia a Naciones Unidas para las elecciones presidenciales del 21 de agosto próximo, lo que comporta un primer paso para la admisión de observadores internacionales. La decisión, que rompe con la tradición histórica mexicana de no compartir sus asuntos internos con el exterior, busca evitar un conflicto posterior a esa fecha sobre la credibilidad de los resultados electorales.La petición se formalizó en una carta personal del secretario de Gobernación, el constitucionalista Jorge Carpizo, al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali. En ella se solicita la presencia en México de un grupo de expertos internacionales en asuntos electorales para conocer el sistema de cómputo de votos, asistir a los observadores locales y poder emitir un informe.

En medios políticos se asegura que, aunque con cierta timidez, lo que el Gobierno de México ha pedido a Naciones Unidas es que le avale las elecciones y su resultado. El gran problema de las elecciones presidenciales próximas es la credibilidad de su resultado, habida cuenta de la tradición de fraude que existe en el país, gobernado en estos últimos 65 años por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Mejor padrón

La llegada de Carpizo en noviembre a la Secretaría de Gobernación, cartera hasta ese momento ocupada por políticos de dudosa reputación, generó esperanzas sobre la intención del Gobierno de querer organizar unas elecciones limpias. La enorme inversión hecha en el ya reformado Instituto Federal Electoral, cuyas consecuencias han sido un mejor padrón y la inclusión por primera vez de la fotografía del votante en la tarjeta electoral, al menos advierte que esa es la intención.Esta decisión se suma también a una serie de iniciativas gubernamentales tendentes a rebajar la tensión electoral del país, muy enrarecida desde el asesinato en marzo del candidato priista Luis Donaldo Colosio. Recientemente se supo que México había comprado a Estados Unidos copioso material antidisturbios con vista a posibles conflictos postelectorales en el país en caso de que las elecciones las gane el sustituto Ernesto Zedillo, que curiosamente es el actual favorito.

La credibilidad electoral se ha convertido en México en "un problema nacional" no sólo porque es la estrategia que usa a su favor la oposición, especialmente la que encabeza el centroizquierdista Cuauhtémoc Cárdenas, sino porque la historia ha demostrado que el PRI no ha tenido escrúpulos nunca en alterar su resultado si las condiciones le son adversas.

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