36º CONGRESO DE UGT

Méndez sucede a Redondo al frente de una UGT dividida

Los críticos se declaran ganadores de las ideas y amenazan con un férreo control sobre la nueva ejecutiva

El más conflictivo congreso de UGT concluyó anoche con cinco horas de retraso y un amplio respaldo a Cándido Méndez como nuevo líder. El 75,25% de los delegados ugetistas le dieron un voto de confianza para que afronte una dura etapa: En el seno del sindicato por la crisis de la PSV y la división interna, y ante los trabajadores por la grave situación económica. El sector crítico, que aglutina Manuel Fernández Lito, no le concedió ni los 100 días de gracia. Ayer ya amenazaron con un férreo control sobre la nueva ejecutiva y se consideraron ganadores de las ideas. Méndez, en declaraciones a EL ...

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El más conflictivo congreso de UGT concluyó anoche con cinco horas de retraso y un amplio respaldo a Cándido Méndez como nuevo líder. El 75,25% de los delegados ugetistas le dieron un voto de confianza para que afronte una dura etapa: En el seno del sindicato por la crisis de la PSV y la división interna, y ante los trabajadores por la grave situación económica. El sector crítico, que aglutina Manuel Fernández Lito, no le concedió ni los 100 días de gracia. Ayer ya amenazaron con un férreo control sobre la nueva ejecutiva y se consideraron ganadores de las ideas. Méndez, en declaraciones a EL PAÍS, asegura: "La vinculación estrecha con el PSOE nunca volverá".

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La batalla por la sucesión de Nicolás Redondo al frente de la UGT acabó ayer con el resultado esperado. El candidato oficial, Cándido Méndez, heredó la corona con el respaldo del 75,25% del 360 congreso del sindicato, que ayer cerró sus puertas tras cuatro días de intensos debates y acusaciones cruzadas entre el sector oficial y el crítico.Los restantes miembros de la candidatura recibieron un apoyo superior al 70%. Incluso Sebastián Reyna, que parecía destinado a sufrir un fuerte voto de castigo, salvó su candidatura con el 74,95%. De los 11 miembros que forman la Ejecutiva, ocho tienen carné del PSOE.

El reino que hereda Méndez dista mucho del que gobernó con mano dura Redondo hasta hace sólo unos días. Es más, Méndez se va a enfrentar a una división interna que no se recordaba desde los debates previos a la huelga general del 14 de diciembre de 1988. Aquel pulso, a medio camino entre lo político y lo sindical, generó fuertes tensiones e incluso rodaron cabezas. Las diferencias en las que se sume ahora el sindicato son más por el reparto del poder interno.

El torrente de críticas de sus adversarios no fue contestado por el sector oficial en el acto de clausura del 36, congreso. El mensaje de Méndez no podía ensombrecer la emotiva despedida del ya histórico Nicolás Redondo, a la que asistieron representantes del PSOE (Ramón Rubial), del PP (Celia Villalobos), IU (Alonso Puerta) y CiU (Rafael Hinojosa). A la cita tampoco faltó una amplia delegación de Comisiones Obreras, encabezada por su convaleciente secretario general, Antonio Gutiérrez.

En un discurso prudente, Méndez se dedicó a llamar a la unidad interna y a la integración funcional. Dejó claro que el cambio de líder en UGT no implica que estén dispuestos a "comulgar con ruedas de molino", en referencia a su futura relación con el Gobierno y la patronal, y explicó que el sindicato seguirá desarrollando la unidad de acción con Comisiones, aunque descartó la unidad orgánica. Además, remarcó que todos los esfuerzos del sindicato se dirigirán a la negociación colectiva que se aproxima. Una negociación que se espera especialmente difícil debido a la situación económica y a la reforma laboral del Ejecutivo.

Posteriormente, en su primera conferencia de prensa como máximo responsable del sindicato, Méndez recalcó que "no se puede considerar que de un 75% de apoyo se desprenda que UGT está dividida". Sin embargo, reconoció: "Me falta carisma para sustituir a Redondo".

Unas horas antes, al principio de la jornada, el líder del sector crítico, Manuel Fernández Lito, anunciaba formalmente algo que todo el mundo esperaba desde la noche anterior: la renuncia a presentar una candidatura alternativa. Pero su reacción no acabó ahí. Se declaró "vencedor de la batalla de las ideas" y prometió una férrea vigilancia sobre la nueva ejecutiva. Y siguió, lanzando sus dardos envenenados contra Méndez, la ejecutiva saliente, algunas federaciones (en especial contra la de Industrias Afines) y uniones territoriales (Madrid y Valencia). A Méndez le acusó de rehuir el debate de las ideas. "Yo le esperaba en la ponencia de estatutos, pero no apareció", dijo con ironía. No obstante, poco después reveló el verdadero problema que tuvo con Méndez y con cualquier candidatura de integración. "Los ganadores de las ideas somos nosotros, y por lo tanto debemos encabezar la lista de cualquier ejecutiva". Y eso es algo por lo que no estaban dispuestos a pasar ni Méndez ni sus apoyos, entre. los que ha ocupado un lugar privilegiado la ejecutiva saliente.

Para ésta, también tuvo su mensaje el líder del sector crítico y de la federación del Metal de UGT. "Algunos se van, pero no se van. Espero que dejen de presionar", remarcó. A pesar de este' soberano varapalo al nuevo líder del sindicato y a sus aliados y de lo enconadas que están las posiciones, Manuel Fernández no cree que "vaya a haber una división dentro del sindicato". "No haremos una política de acoso y derribo, pero seremos mucho menos tolerantes que tras el 35º congreso", sentenció.

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