Cartas al director

'La lista de Schindler'

"( ... ) sin embargo, que nadie cante victoria a destiempo, / porque el vientre de donde surgió la bestia inmunda / todavía es fecundo" (Bertolt Brecht, 1947. Todo el arte que es posible desarrollar y plasmar mediante el cine están en esta película. Y la respuesta conmovida de los espectadores al acabar su proyección es muestra de ello, al igual que lo es de la capacidad de sufrir empáticamente que tenemos los seres humanos, aunque sea a través de la visión de una ficción realista.

Humano y artístico, pues, el diseño de esta obra de arte, desde su profundo deseo de estremecernos ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"( ... ) sin embargo, que nadie cante victoria a destiempo, / porque el vientre de donde surgió la bestia inmunda / todavía es fecundo" (Bertolt Brecht, 1947. Todo el arte que es posible desarrollar y plasmar mediante el cine están en esta película. Y la respuesta conmovida de los espectadores al acabar su proyección es muestra de ello, al igual que lo es de la capacidad de sufrir empáticamente que tenemos los seres humanos, aunque sea a través de la visión de una ficción realista.

Humano y artístico, pues, el diseño de esta obra de arte, desde su profundo deseo de estremecernos hasta su estrategia comercial; humano y didáctico el dolor y el sufrimiento pormenorizado que nos muestra (los niños; ¿cómo olvidarlos, por recurrentes que sean?, si sabemos que fue de verdad; si supimos que fue verdad viendo la célebre fotografía del niñito aterrorizado tocado con. su gorra saliendo con las manos en alto del gueto de Varsovia, ante la mirada inmisericorde del soldado alemán que lo apunta con su arma); y humana -¿por qué no?- la aproximación a una ideología desprovista de piedad (la de los SS y la de los minuciosos burócratas que organizaron la logística del holocausto), impiedad compartida históricamente -a recordar- con instituciones y grupos presentes a lo largo de la historia (los encomenderos de la América española, los marines de May Lai, los kibutzim del Irgun Zwai Leumi, los jemeres camboyanos).

Por lo demás, creo que la película La lista de Schindler va más allá de las dos mejores obras fílmicas sobre el hecho del exterminio de seres humanos llevado a cabo por el III Reich y una parte importante del pueblo alemán: Nuit et brouillard (Alain Resnais, 1955) es un poema trágico sobre imágenes reales del universo concentracionario, sobre el horror, y Shoah (Claude Lanzmann, 1991) es un documental acerca de los hacedores del holocausto, pero sin imágenes de él. La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993) no es nada de eso: es cine, es ficción documentada -y apasionadamente interiorizada por sus autores- acerca del universo concentracionario, por donde transitaron un empresario nazi y sus 1.200 obreros esclavizados, que acabaron siendo supervivientes. Y es cine también sobre algunas de las causas y circunstancias que hicieron posible tanta tragedia. Circunstancias y causas que no son de cine y que continúan entre nosotros.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Y es ahí, en mi opinión, donde puede ponérsele un pero a La lista de Schindler, para cuyo final hubiera sido más apropiada la inserción de los versos brechtianos arriba citados, sobre una pantalla muda que despidiera así a los espectadores.

¿Para cuándo la documentación filmada del holocausto -llevado a cabo también por los nazis- de los gitanos, de los deportados republicanos españoles (14.204 en total, de los cuales murieron 6.502) y de los presos políticos franceses, soviéticos, alemanes, etcétera?

Archivado En