LA CRISIS DE BANESTO

El juez Moreiras investiga a Banesto por 2.400 millones en facturas falsas

El juez Miguel Moreiras está investigando a Banesto por la compra de facturas falsas cuyo importe total se desconoce, aunque fuentes jurídicas y financieras aseguran que podrían alcanzar los 2.400 millones de pesetas. Varios directivos del banco, que ya han declarado en el caso como inculpados, han admitido haber autorizado algunos pagos, aunque por el momento la investigación se encuentra en las fases iniciales. Fernando Garro, director general y mano derecha de Mario Conde en la entidad, ha admitido haber dado el visto bueno al pago de algunas facturas por ordenes superiores.

El caso ...

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El juez Miguel Moreiras está investigando a Banesto por la compra de facturas falsas cuyo importe total se desconoce, aunque fuentes jurídicas y financieras aseguran que podrían alcanzar los 2.400 millones de pesetas. Varios directivos del banco, que ya han declarado en el caso como inculpados, han admitido haber autorizado algunos pagos, aunque por el momento la investigación se encuentra en las fases iniciales. Fernando Garro, director general y mano derecha de Mario Conde en la entidad, ha admitido haber dado el visto bueno al pago de algunas facturas por ordenes superiores.

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El caso se inició por una denuncia anónima anterior a la intervención del Banco de España en Banesto y se refiere a presuntas irregularidades fiscales del año 1991. Las citadas fuentes han señalado que Moreiras ha desglosado el caso en varios procesos separados con el fin de que la investigación avance más rápidamente y que en el futuro se pueda juzgar por separado. Las diligencias que más han avanzado hasta el momento se refieren a la compra de dos facturas por importe de 22.400.000 pesetas cada una, pagadas por Banesto en febrero y marzo de 1991 a una empresa sin actividad, Publitax Publicidad, que se creó en 1985 con el objeto de colocar anuncios en los taxis. Esta empresa nunca llegó a dedicarse al fin para el que se creó, por lo que en 1989 los tres socios que la habían constituido acordaron darla de baja, quedando encargado de hacerlo él consejero delegado, Paulino Elorriaga Santiuste.Elorriaga dejó pasar el tiempo y en 1990 dos presuntos agentes de la propiedad inmobiliaria, relacionados con Banesto, le pidieron impresos de Publitax para emitir facturas, a lo que éste accedió por una comisión algo superior al 0,5% y sin que sus otros socios tuvieran conocimiento de ello, según declaró el propio Elorriaga al juez.

Las dos facturas se pagaron por un supuesto informe sobre la incidencia de la guerra del golfo Pérsico en la crisis de la construcción en el área metropolitana de Madrid. El citado estudio no_ha aparecido y ninguno de los cuatro directivos de Banesto que han declarado hasta el momento ha admitido haberlo encargado.

Sin embargo, ya han sido aportadas a la causa las dos facturas por 20 millones. más el IVA correspondiente cada una y los talones respectivos, por un importe total de 44,8 millones de pesetas, que se ingresaron en. la cuenta de Publitax en el Banco de Comercio.

Los cheques llevaban las firmas de Joaquín Pérez Iglesias, subdirector general de Intervención y Control de Gestión, y el directivo de esa subdirección, Juan Garrido Belloso. Las facturas de Publitax figuraban emitidas bajo la identidad inexistente de Ignacio Solchaga García de Biedma, que actuaba como consejero delegado de la sociedad, y llevaban el visto- bueno de Fernando Garro. únicamente Elorriaga ha sido consejero delegado de Publitax. El dinero fue sacado en 38 talones de un millón de pesetas cada uno, que se llevaron los supuestos agentes inmobiliarios y el resto se pagó en comisiones de las que Elorriaga se quedó con 800.000 pesetas, según admitió, éste en su declaración ante Moreiras.

Firmar a ciegas

Fernando Garro, director general de Servicios de Banesto y mano derecha de Mario Conde en aquellas fechas, declaró al juez Miguel Moreiras que su misión en el banco era el control administrativo del pago de todas las facturas y que en particular su visto bueno era requisito imprescindible para, el pago de todas las superiores a los 20 millones de pesetas.Garro, sin embargo, dijo primero que no vió las dos facturas de Publitax, aunque cuando se le insistió señalándole que su firma figuraba en las mismas, admitió que él había dado el visto bueno sin comprobar nada porque ya venía con todos los requisitos necesarios. Moreiras preguntó entonces: "¿Pero no era usted el encargado de supervisarlas?" "Sí", contestó Garro, "pero a mí me estaba vedado investigar a qué se debían esas facturas, y tenía que dar, el visto bueno por instrucciones superiores".

La misma respuesta, de que obedecía órdenes superiores, esgrimió el subdirector general Pérez Iglesias. Este explicó a Moreiras que firmó los cheques porque recibió instrucciones en ese sentido de la superioridad. El otro firmante, Juan Garrido, no ha declarado ante el juez todavía.

Moreiras quiso saber cómo era posible que un banco que se dedica a conceder créditos y debe conocer el mercado hipotecario podía encargar un informe sobre una materia en la que debía tener expertos. Garro dijo que Banesto era un desastre en 1991, que él departamento inmobiliario no funcionaba hasta que él lo puso en marcha y no se controlaba nada. Garro no atendió ayer los requerimientos para conocer su versión.

Este informe ha sido elaborado por

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