El estado de una de las víctimas de botulismo es "muy grave"

El estado de salud de Vicente Morant, de 54 años, una de las dos personas afectadas por la enfermedad del botulismo declarada en Madrid el pasado sábado, se complica por momentos. Su situación es "muy grave", según el parte médico facilitado por el hospital Gregorio Marañón, donde se halla ingresado desde el pasado martes. La otra afectada, María Luisa Díaz, de 44 años, sigue hospitalizada en La Paz, en estado grave, aunque estacionario.El Instituto Nacional de Toxicología confirmó ayer la presencia de la bacteria que provoca la enfermedad después de analizar a las dos víctimas. María Luisa Dí...

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El estado de salud de Vicente Morant, de 54 años, una de las dos personas afectadas por la enfermedad del botulismo declarada en Madrid el pasado sábado, se complica por momentos. Su situación es "muy grave", según el parte médico facilitado por el hospital Gregorio Marañón, donde se halla ingresado desde el pasado martes. La otra afectada, María Luisa Díaz, de 44 años, sigue hospitalizada en La Paz, en estado grave, aunque estacionario.El Instituto Nacional de Toxicología confirmó ayer la presencia de la bacteria que provoca la enfermedad después de analizar a las dos víctimas. María Luisa Díaz y Vicente Morant, viudo y con dos hijos, precisan de respiración artificial; han perdido casi totalmente la visión y también la movilidad. La situación de Vicente es mucho peor: no sólo comió mayor cantidad de las judías en conserva -adquiridas en un supermercado de la cadena DIA- que han podido causar la enfermedad. Una neumonía que se le presentó ayer por la mañana complica seriamente su estado. Vicente permanece ingresado desde el martes de la semana pasada, y el sábado le fue diagnosticado el botulismo, enfermedad que puede matar en 24 horas.

María Luisa y Vicente compartieron cena el 28 de febrero en casa de ésta. Ni los tres hijos ni el marido de María Luisa, ni la acompañante de Vicente probaron las judías en conserva -envasadas por la empresa navarra Acico. Vicente ingirió una cucharada y, al notar el mal sabor, alertó a María Luisa, que las probó y comprobó que así era.

Si superan la enfermedad, a María Luisa y a Vicente les quedarán graves secuelas, según explican los expertos consultados. El marido de la afectada, Eduardo Moral, ya ha asumido que su mujer quedará inmovilizada durante un periodo largo y que se tendrá que someter a complicados ejercicios de rehabilitación.

El Laboratorio Municipal de Higiene, que fue avisado del brote por la Consejería de Salud el pasado lunes, a pesar de que el botulismo se había declarado el sábado anterior, ha retirado en Madrid más de 2.000 botes de las características del que presuntamente ha causado la enfermedad. Y está analizándolos. Aún restan dos días para que los resultados sean fiables por entero, pero, explica Juan Ignacio Rojas, director de Servicios de Consumo del Ayuntamiento, "existen indicios racionales de que el resto de los botes pertenecientes al mismo lote que presuntamente ha causado la enfermedad no se hallan contaminados".

Los técnicos del Instituto Nacional de Toxicología señalan la dificultad que conocer exactamente la procedencia de la bacteria porque María Luisa tiró a la basura el producto, de forma que nunca se podrá analizar.

La dirección de Salud de la Comunidad tranquilizó ayer a los consumidores al señalar que no habrá más afectados.

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