Colectivos vecinales se manifiestan en apoyo de Santana

Cerca de un millar de personas procedentes de todas las provincias andaluzas atendieron ayer el llamamiento de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía (CAVA) y acudieron a Linares (Jaén) para solidarizarse con los empleados de Santana Motor. En Manzanares (Ciudad Real), donde se encuentra otra factoría de Santana, hubo también una manifestación para pedir la continuidad de la empresa.Ocho autobuses, uno por cada provincia andaluza, aparcaron a poco más de un kilómetro de distancia de la factoría de Linares. Los manifestantes -pertenecientes a una veintena de colectivos vecinale...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cerca de un millar de personas procedentes de todas las provincias andaluzas atendieron ayer el llamamiento de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía (CAVA) y acudieron a Linares (Jaén) para solidarizarse con los empleados de Santana Motor. En Manzanares (Ciudad Real), donde se encuentra otra factoría de Santana, hubo también una manifestación para pedir la continuidad de la empresa.Ocho autobuses, uno por cada provincia andaluza, aparcaron a poco más de un kilómetro de distancia de la factoría de Linares. Los manifestantes -pertenecientes a una veintena de colectivos vecinales de las ciudades más importantes de la región- desplegaron pancartas y cubrieron los últimos metros a pie, coreando frases habituales en los actos de solidaridad con estos trabajadores, como "2.400, ni uno menos", "Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra", o las más repetidas ayer: "Andalucía con Linares" y "Andalucía unida jamás será vencida".

A las puertas de la factoría les esperaban cerca de 2.000 personas, entre trabajadores -que mantienen bloqueada la puerta de la empresa- y familiares de éstos. El presidente del comité de empresa, Antonio Fernández Siles, agradeció el gesto de la CAVA e indicó que el problema de Santana no se ciñe exclusivamente al ámbito laboral, sino que es también "social y político, porque requiere el compromiso decidido de las administraciones central y autonómica". Momentos después, los manifestantes se dirigieron a la plaza del Ayuntamiento.

Posteriormente, un centenar de trabajadores de Santana Motor cortaron el tráfico ferroviario en la estación de Vilches (Jaén) durante hora y media. En el transcurso del corte hubo un pequeño incidente con tres pasajeros de nacionalidad japonesa que viajaban en el Talgo Almería-Granada Madrid.

En la protesta de Manzanares, más de 4.000 personas respondieron al llamamiento del comité de empresa contra los planes de la empresa Suzuki. A la concentración acudieron el presidente de las Cortes de CastillaLa Mancha, el socialista José María Barreda, y el presidente regional del Partido Popular, José Manuel Molina, quien se mostró partidario de que el Ejecutivo autonómico invierta en la planta de Manzanares.

Los 284 trabajadores de esta factoría encabezaron la manifestación con una pancarta en la que podía leerse "Por el mantenimiento de los puestos de trabajo".

El secretario del comité de empresa, José Mercado, pidió a la multinacional Suzuki que cumpla el compromiso adoptado el año pasado de segregar la planta de Manzanares de la de Linares. José Ignacio San Miguel, responsable de la sección estatal de automoción de UGT, reconoció que, si la factoría de Linares cierra, el futuro de la fábrica de Manzanares será absolutamente incierto.

En Asturias, responsables de la multinacional japonesa Suzuki han dado garantías al Gobierno autonómico de la continuidad de la factoría de motocicletas que esta corporación posee en Gijón, durante un encuentro celebrado el pasado viernes en la sede del Ejecutivo autónomo, y que volverá a repetirse en los próximos meses, informa Javier Cuartas.

La fábrica gijonesa, en la que se producen motocicletas de baja cilindrada, es propiedad de Suzuki Motor España, sociedad filial al 100% de la compañía matriz japonesa, e independiente de Santana Motor. La factoría de Gijón está sometida actualmente a un expediente de regulación de empleo de 90 días de duración para el conjunto de la plantilla. La empresa pactó con los sindicatos reducir la actividad a 135 días durante 1994 para disminuir la producción de las 57.500 unidades fabricadas el año pasado a sólo 17.400, con el fin de adecuar la oferta a la demanda.

Según los responsables del Gobierno socialista de Asturias, los dirigentes de Suzuki reiteraron la viabilidad "a medio y largo plazo, a pesar de la crisis" de la filial asturiana y reafirmaron su voluntad de potenciar la actividad de la empresa.

Archivado En