Cañada residencial

En la cañada real próxima al vertedero de Valdemingómez han echado raíces numerosas residencias de uralita, industrias ilegales y granjas avícolas. Por estos terrenos caminaron antiguamente los pastores al frente de rebaños que, procedentes de Toledo, viajaban hacia Guadalajara.Estas vías pecuarias son de propiedad pública y desde hace algunos años pertenecen a la Comunidad de Madrid.

Unas 2.000 personas, según las estimaciones de las autoridades autonómicas, viven o trabajan en los distintos asentamientos del tramo de cañada real situado en el distrito de Vallecas Villa junto al verted...

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En la cañada real próxima al vertedero de Valdemingómez han echado raíces numerosas residencias de uralita, industrias ilegales y granjas avícolas. Por estos terrenos caminaron antiguamente los pastores al frente de rebaños que, procedentes de Toledo, viajaban hacia Guadalajara.Estas vías pecuarias son de propiedad pública y desde hace algunos años pertenecen a la Comunidad de Madrid.

Unas 2.000 personas, según las estimaciones de las autoridades autonómicas, viven o trabajan en los distintos asentamientos del tramo de cañada real situado en el distrito de Vallecas Villa junto al vertedero de Valdemingómez. Pese a la irregular situación, los habitantes de estos alojamientos no tienen problemas para seguir instalados en unos terrenos que no les pertenecen. Las instituciones han decidido ser "prudentes" y no clausurar la zona. "Habrá que estudiar qué tratamiento damos a esas casas en el nuevo plan general. De momento no tienen ni agua ni luz ni alcantarillado legal. Ni lo van a tener", explica Luis Armada, consejero delegado de la Empresa Municipal de la Vivienda. Sin embargo, cada propietario se engancha al alumbrado público.

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