Tribuna:

Barra

Cada día se reciben cartas comerciales de este tipo: "Apreciado a clientea", o bien son los munícipes quienes envían programas de actuación a sus conciudadanos y los encabezan de este tenor: "Queridoa madrileñoa". Eso si el destinatario lee semejante correspondencia con cierta disposición interpretativa y buena voluntad, pues lo que en sentido estricto dicen aquellos encabezamientos es "Apreciado barra a cliente barra a" y "Querido barra a madrileño barra a".Bueno, en realidad, el lector no es tan ajeno ni tan inadvertido -que no entienda la intención de la barrita graciosa, y sabe que escribi...

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Cada día se reciben cartas comerciales de este tipo: "Apreciado a clientea", o bien son los munícipes quienes envían programas de actuación a sus conciudadanos y los encabezan de este tenor: "Queridoa madrileñoa". Eso si el destinatario lee semejante correspondencia con cierta disposición interpretativa y buena voluntad, pues lo que en sentido estricto dicen aquellos encabezamientos es "Apreciado barra a cliente barra a" y "Querido barra a madrileño barra a".Bueno, en realidad, el lector no es tan ajeno ni tan inadvertido -que no entienda la intención de la barrita graciosa, y sabe que escribiendo "Apreciado / a" o "Querido /a" el remitente pretende dejar bien sentado que se dirige por igual a hombres y mujeres. Pero no es verdad; pues si tal fuera el caso, lo mismo habría podido escribir "Apreciada /o" o "Querida / o", y estas fórmulas no se emplean nunca en ningún caso.

Hay otra fórmula de reciente cuño que consiste en escribir "Querido y o querida"; es decir, "Querido y barra o querida". No se emplea, de común, en el encabezamiento de la corres pondencia sino dentro del texto, cuando el comunicante quiere referirse a hombres y mujeres sin distinción. Y entonces, va y dice: "Los madrileños y barra o madrileñas", ("los madrileños y / o madrileñas", en la grafía estricta de la carta) lo cual ya mejora el trato, aunque acarrea la servidumbre de prolongar la lectura y el peligro de fatigar al lector y / o lectora.

Todo ello está encaminado a corregir la injusta discriminación de las mujeres por parte de la cultura secular, que puso en circulación y consolidó un vocabulario inequívocamente machista. Y así cuando expresa "los hombres" y / o "los seres humanos", incluye arbitrariamente a las mujeres en la generalización masculina de los respectivos términos. Afortunadamente, estos usos ya periclitan, y tanto los conceptos como sus correspondientes voces han sido sometidos a revisión.

La escritura experimenta grandes transformaciones al incorporar nuevas formas de expresión. El último hallazgo es la sigla y el plural de la sigla. Hay siglas hermosísimas; por ejemplo, ONG, que en su sonora contundencia significa "organización no gubernamental. También podría significar "organizaciones no gubernamentales", pues las siglas se refieren siempre a la primera letra de cada palabra (nunca a la última), y el correspondiente artículo bastaría para determinar el número del sustantivo, mas el genio innovador de la mujer y / o / u hombre exige pluralizarlo con precisa grafía, para lo cual se sirve del apóstrofo. Y entonces va, y escribe ONG's, y se queda tan ancha / o.

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