Cartas al director

La(s) droga (s) / una (s)droga(s)

Un par de notas al nuevo "debate sobre las drogas" (EL PAÍS, 19-12-93):1. La despenalización y, consecuentemente, comercialización normal en cuestión no es la de las drogas, sino de las drogas prohibidas, ni mucho menos de la droga, término sin referente concreto en la parte de la realidad accesible a los cinco sentidos, que no sea a la vez otra cosa absolutamente distinta.

Para ilustrar lo que es realmente la droga sólo tenemos que considerar que cualquier droga específica del abanico la droga, una vez despenalizada, dejaría de ser identificable por t...

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Un par de notas al nuevo "debate sobre las drogas" (EL PAÍS, 19-12-93):1. La despenalización y, consecuentemente, comercialización normal en cuestión no es la de las drogas, sino de las drogas prohibidas, ni mucho menos de la droga, término sin referente concreto en la parte de la realidad accesible a los cinco sentidos, que no sea a la vez otra cosa absolutamente distinta.

Para ilustrar lo que es realmente la droga sólo tenemos que considerar que cualquier droga específica del abanico la droga, una vez despenalizada, dejaría de ser identificable por tal nombre.

La droga es un puro producto de la prohibición, y no su causa ni su objeto, porque le falta existencia, es una abstracción fingiendo ser sustancia material. No solamente es las drogas el disfraz Indecente de la hipocresía de una sociedad alcohólica, tabacómana y cafeadicta, que prohibe a varias minorías el uso de otras drogas, sino que también sobre este pilar de lenguaje (y la histeria que pueden producir frases como "la droga está matando a nuestros hijos", o "di no a las drogas") descansa la prohibición.

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Si se habla de la marihuana, la heroína, la cocaína, de cada una y todas en términos concretos, de las posibles condiciones en las que serían comercializadas en un plan legal, excluyendo las generalizaciones y la histeria del debate, las posibilidades de ver las cosas claramente serán mayores, aunque supone la mundanización de un tema que ha sido hasta ahora para los prohibicionistas y los melodramadictos de gran trascendencia.

2. La prohibición sirve a los que ganan dinero con ella y a nadie más. Los que votan las leyes de prohibición les sirven a ellos y a nadie más.- León Sobieski.

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