Las rebajas de enero llegan a la cerveza rockera

La sala Maravillas irrumpe en el circuito musical con botellas a 300 pesetas

Sólo se necesitan 300 pesetas. Ése es el precio que hay que pagar en la nueva sala Maravillas, para escuchar a un grupo de música alternativa con una cerveza en la mano. El circuito madrileño cuenta desde ayer por la noche con un nuevo espacio que ofrece música en directo asequible para el bolsillo aligerado por la crisis. Salas de solera como Siroco o nuevos hervideros musicales como Keeper tal vez tengan que revisar sus precios. Revólver ya lo ha hecho. El reclamo de "cerveza y rock por 300 pesetas" recibe distinta acogida entre los competidores más directos de Maravillas.

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Sólo se necesitan 300 pesetas. Ése es el precio que hay que pagar en la nueva sala Maravillas, para escuchar a un grupo de música alternativa con una cerveza en la mano. El circuito madrileño cuenta desde ayer por la noche con un nuevo espacio que ofrece música en directo asequible para el bolsillo aligerado por la crisis. Salas de solera como Siroco o nuevos hervideros musicales como Keeper tal vez tengan que revisar sus precios. Revólver ya lo ha hecho. El reclamo de "cerveza y rock por 300 pesetas" recibe distinta acogida entre los competidores más directos de Maravillas.

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Maravillas nace con vocación de bar alternativo. "Queremos una sala divertida y que de cancha a los grupos independientes", afirma Joako Ezpeleta, director de la revista Espiral y uno de los promotores de este proyecto. Y los que ayer acudieron a la fiesta de inauguración recibieron la primera dosis de música alternativa. Los Planetas y Australian Blonde fueron las bandas encargadas de romper el hielo calentando el ambiente.En esta aventura también se ha embarcado Luis Calvo, del sello independiente Elefant Records. Olaf, dibujante de comics, ha sido el encargado de sustituir la oscuridad que caracterizaba, al local por los muñecotes que ahora pueblan las paredes del Maravillas. "En nuestro local tocarán muchos grupos que no pueden tocar en otros sitios", dice Ezpeleta. Excepto lunes y martes, la sala ofrecerá actuaciones todos los días.

Los promotores de la sala Maravillas, cuyo aforo es de 200 personas, aseguran que mantendrán su política de precios: la oferta de actuación más cerveza por 300 pesetas no es una operación de imagen, dicen. "Al hostelero, en realidad, le sala muy barata la cerveza. Con estos precios vendrá gente que no puede ir a otros conciertos porque le salen muy caros".

Seria competencia

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Juan Jiménez, segundo encargado de la sala Keeper, se' muestra sorprendido ante la apuesta de este nuevo local y duda de su viabilidad económica. "Será que los grupos que tocan ahí rebajan su caché al 50%", dice. "O tal vez hayan llegado a un acuerdo con una casa de cervezas", añade. El encargado de Keeper admite que la irrupción de esta nueva sala supondrá una seria competencia, aunque matiza: "Igual aquello es un bareto más suburbial. Nuestra sala está muy bien montada y tiene una decoración muy cuidada. Y añade: "Keeper siempre ha tenido un ambiente muy in". Esta sala lleva sólo tres meses programando espectáculos musicales en su planta de abajo, en la que caben 300 personas, que pagan 500 pesetas por una cerveza durante la actuación.

En la misma línea se pronuncia uno de los socios de Honky Tonk. "No creo que ese proyecto sea rentable", dice Ramón López Vázquez. En su local, la cerveza durante una actuación cuesta 500 pesetas. Pero el acceso a esta sala no es automático. "Para evitar problemas solemos pedir la tarjeta de socio en la puerta", dice López Vázquez. En la planta de abajo de esta sala caben 400 personas, que tienen un amplio abanico de ritmos para elegir.

Bien distinta es la acogida que brinda al Maravillas Javier Novaes, programador musical de la sala Siroco. "Estamos encantados de que se abra una nueva sala", dice Novaes, que ve con buenos ojos la ampliación del circuito de actuaciones. En Siroco, entre semana, son 500 las pesetas que hay que pagar para ver una actuación, y en fin de semana, 900 (con copa incluida). Novaes razona que lo importante es que la gente se acostumbre a ver música en directo. "Al final tiene que ocurrir como con el cine. La gente no va a ver la película por que la hace un amigo suyo, sino porque quiere ver cine".

La sala Revólver también recibe con agrado la noticia del nacimiento de una nueva sala independiente. Una cerveza en Revólver vale ahora 400 pesetas, cuando antes valía 500. Pero para acceder a la sala sin invitación hay que pagar 1.000 pesetas entre semana. Los responsables del local, de mayor aforo que los anteriores [800 personas], acaban de reducir sus precios. "No hay más remedio, porque se nota que la gente tiene menos dinero, y muchos locales, como Aqualung o Pachá, los están rebajando", dice Álvaro Ruiz, portavoz de la sala. "Queremos entrar en este circuito", afirma Ezpeleta. Maravillas entra con los precios más bajos. Es época de rebajas.

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