Él ritmo que sube los precios

El tempo del jazz y la cadencia flamenca exigen un mayor sacrificio a los bolsillos. la sala Caracol, el flamenco viene compartiendo cartel con los boleros y la música suramericana. Escuchar la voz de Duquende en esta sala puede costar entre 1.500 y 2.000 pesetas. Pero la noche es 500 pesetas más cara si, demás de deleitarse con el cante jondo, el cliente pretende refrescar el gaznate con una cerveza. Idéntico precio tiene la cerveza en Casa Patas, un restaurante que programa actuaciones de flamenco. Lo que varía es el precio de entrada, que oscila entre las 1.500 y las 1.800.

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El tempo del jazz y la cadencia flamenca exigen un mayor sacrificio a los bolsillos. la sala Caracol, el flamenco viene compartiendo cartel con los boleros y la música suramericana. Escuchar la voz de Duquende en esta sala puede costar entre 1.500 y 2.000 pesetas. Pero la noche es 500 pesetas más cara si, demás de deleitarse con el cante jondo, el cliente pretende refrescar el gaznate con una cerveza. Idéntico precio tiene la cerveza en Casa Patas, un restaurante que programa actuaciones de flamenco. Lo que varía es el precio de entrada, que oscila entre las 1.500 y las 1.800.

Escuchar gargantas desgarradas entonando un blues o virtuosos clarinetes de una pieza de jazz en Populart cuesta 600 pesetas, cerveza en mano. Y en Clamores, que combina jazz y música de cantautores, la cerveza cuesta entre 800 y 1.000 pesetas durante la actuación.

Más información

A ritmo de salsa, la cerveza cuesta 600 pesetas, entre semana, en el Café Mercado.

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