Cronista con cámara

Quisieron romper esquemas. Mientras la mayoría de los fotógrafos españoles de los años cincuenta seguían empeñados en jugar a ser pintores, irrumpió una nueva generación de amantes de la cámara con nuevas ideas. Y así se formó la Escuela de Madrid, unos fotógrafos ansiosos de retratar la sociedad en la que vivían.

Entre ellos se encontraba Gerardo Vielba (Madrid, 1921 -1992), un hombre que durante 28 años presidió la Real Sociedad Fotográfica de Madrid y se convirtió en uno de los críticos y teóricos más influyentes en las nuevas generaciones de fotógrafos. Ahora, la Fundación NatWe...

Quisieron romper esquemas. Mientras la mayoría de los fotógrafos españoles de los años cincuenta seguían empeñados en jugar a ser pintores, irrumpió una nueva generación de amantes de la cámara con nuevas ideas. Y así se formó la Escuela de Madrid, unos fotógrafos ansiosos de retratar la sociedad en la que vivían.

Entre ellos se encontraba Gerardo Vielba (Madrid, 1921 -1992), un hombre que durante 28 años presidió la Real Sociedad Fotográfica de Madrid y se convirtió en uno de los críticos y teóricos más influyentes en las nuevas generaciones de fotógrafos. Ahora, la Fundación NatWest acoge una exposición sobre la obra de este artista nacido en Madrid.

Vielba nunca fue un fotógrafo de grandes públicos. Su obra fue extensa, pero se conocía sobre todo en circuitos cerrados del mundo fotográfico. De ahí la iniciativa de rendir un homenaje póstumo al fotógrafo madrileño, que falleció el año pasado.

"El grupo de Madrid junto con grupos de Almería y Barcelona rompieron con el pictorialismo que predominaba en la época", afirma María Teresa G. Barranco, presidenta de la Real Sociedad Fotográfica. "Descubrieron que lo importante era narrar e hicieron la crónica de su tiempo en imágenes".

Vielba siempre buscó con su cámara estampas de la vida cotidiana. Charcuteros con nombre y apellido titulan sus fotografías, niños jugando por las calles, tiendas, floristerías y bulevares son los objetivos de Vielba. En la exposición se aprecia cómo el fotógrafo madrileño intentaba extraer la autenticidad de sus personajes en su entorno. Sus fotografías son naturales, inmediatas, casi periodísticas. "Pero no son realmente como las de un periódico", dice su hija Carmen Vielba, fotógrafa que ha participado en la coordinación de la exposición. "Él no quería reflejar sólo una realidad, sino que buscaba la expresión de un sentimiento a través de una imagen".

Vielba y Madrid

Vielba comenzó a tirar sus primeras fotos en Madrid, la ciudad en la que nació, en 1921. Por aquel entonces, su cámara enfocaba a grupos; el individuo permanecía en el anonimato. De esa época son gran parte de las fotos que realiza en la capital. "Vielba no podía vivir sin Madrid, era un asiduo de la cuesta de Moyano y del Rastro", afirma María Teresa.Con el paso del tiempo, los rostros empiezan a apoderarse de sus fotografías. Es el caso de Comprender a Picasso, una instantánea que muestra la cara de tres jóvenes realizando un considerable esfuerzo intelectual para analizar un cuadro del pintor malagueño.

Los niños y las procesiones son dos temas recurrentes en la obra de Vielba. Son sólo dos elementos más de la crónica social de la España de los cincuenta y sesenta. La exposición también recoge retratos que hizo a las personas de su entorno, entre ellas, el retrato de su amigo César Manrique.

Vielba fue un artista polifacético, y la exposición recoge algunos de sus dibujos. Entre sus fantasías arquitectónicas hay un dibujo titulado Radio Faro de Vallecas, de 1942, en el que el artista inventa un inmenso faro en el barrio madrileño.

La Escuela de Madrid y su realismo social aún siguen vivos, dice la hija de Vielba. "Su obra nos ha influido a mí y a muchos fotógrafos de mi generación", afirma. Pero Vielba no sólo dejó huella con su trabajo con la cámara. Escribió en revistas como Arte Fotográfico y Cuadernos de Fotografía como crítico. Y sus ideas han calado en artistas como Cristina García Rodero o Juan Manuel Castro Prieto.

Gerardo Vielba, fotógrafo. Fundación NatWest (calle del Príncipe de Vergara, 125). De lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 2 1.00. Sábados y domingos, mañanas. Hasta el 23 de enero. Entrada gratuita.