Reportaje:

Escudos humanos

1.200 policías escoltan a la familia real, a altos cargos del Estado y a personas amenalzadas por ETA

Son altos, fuertes, bien trajeados y con aspecto de estar permanentemente en tensión. Bajo la axila izquierda se les adivina un bulto con forma de pistola. Al descender del coche, miran a un lado y otro de la calle antes de abrir la puerta a la persona que viaja en el asiento trasero. Cuando ésta empieza a caminar, aquéllos se convierten en su sombra. Son los escoltas, auténticos escudos humanos para aquel cuya protección tienen encomendada. Esa es la misión de 1.200 agentes del Cuerpo Nacional de Policía.Uno de los guardaespaldas del empresario Enrique Sarasola, amigo personal del preside...

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Son altos, fuertes, bien trajeados y con aspecto de estar permanentemente en tensión. Bajo la axila izquierda se les adivina un bulto con forma de pistola. Al descender del coche, miran a un lado y otro de la calle antes de abrir la puerta a la persona que viaja en el asiento trasero. Cuando ésta empieza a caminar, aquéllos se convierten en su sombra. Son los escoltas, auténticos escudos humanos para aquel cuya protección tienen encomendada. Esa es la misión de 1.200 agentes del Cuerpo Nacional de Policía.Uno de los guardaespaldas del empresario Enrique Sarasola, amigo personal del presidente del Gobierno, golpeó el pasado día 18 a uno de los porteros del club hípico de Sevilla. El incidente ha permitido saber que Sarasola disfruta desde hace 10 años de protección oficial porque en tres ocasiones se han hallado planes de ETA contra él. La última vez, hace dos años, cuando se descubrió un plan "muy avanzado" para secuestrarle al salir de su casa de la urbanización Puerta de Hierro de Madrid.

Fuentes de Interior aseguran que las amenazas de ETA contra Sarasola es lo único que explica que éste tenga asignados para su protección a 10 agentes. "No es porque sea amigo del presidente del Gobierno", afirma un alto mando policial. Y añade: "Ahora sólo cuentan con escolta policial 20 o 30 personas que no tienen cargos en la Administración. Además, no se le concede a cualquiera que lo pide, sino que sus temores son estrictamente analizados para ver si responden a una realidad".

El Servicio Central de Protección es la unidad encargada de dar escolta a la familia real, a los miembros del Gobierno, dignatarios extranjeros, altos cargos de la Administración, líderes de los partidos políticos, diplomáticos acreditados en España, magistrados y otras personalidades. José Luis Corcuera, durante su etapa de ministro del Interior, tuvo la obsesión de recortar las escoltas, "pero se dio cuenta de que podía hacerlo en muchos menos casos de los que él creía", recuerda un funcionario.

Contravigilancia

La policía tiene una sección de protección integral, compuesta por los guardaespaldas que acompañan a las personalidades; y otra sección de protección estática y de edificios. En esta última, que está integrada por cinco grupos operativos, destaca el de contravigilancia, que lo forman 50 policías. Su misión es apostarse, sin ser vistos, cerca de los lugares frecuentados por determinadas personalidades para descubrir si están son espiadas. "El equipo básico lo forman a menudo un hombre y una mujer, que simulan ser una pareja de novios. Van vestidos informalmente y se sitúan a unos 50 metros del personaje para comprobar si hay algún peligro alrededor. Hacen una gran labor y muchas veces facilitan informaciones de vital importancia", explica el alto mando policial.Los guardaespaldas que acompañan al personaje no deberían actuar nunca. Si alguna vez lo hacen es porque han fallado los demás miembros del equipo. Pero si intervienen, deben de hacerlo como auténticos escudos humanos: protegiendo con su cuerpo a la persona a la que escoltan, interponiéndose en la línea de fuego si fuese preciso.

La eficaz intervención de sus escoltas le salvó la vida a Carlos García Valdés el 10 de abril de 1979, entonces director general de Prisiones. Acababa de salir de su despacho y viajaba en su coche por la calle de San Bernardo. En un cruce le esperaban varios activistas de los GRAPO con metralletas. Cuando les vio uno de los guardaespaldas, gritó: "Tírese al suelo, don Carlos, tírese al suelo...". Eso le salvó.

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La aprobación del proyectado Reglamento de Seguridad Privada permitirá retirar dentro de unos meses la escolta oficial a algunas personas y facilitará que otras contraten gorilas privados (algo actualmente prohibido).

Una legión de guardaespaldas

No obstante, Interior puede autorizar a banqueros y a otros potentados a disponer de protección privada. Ese es el caso de Mario Conde, presidente de Banesto, quien siempre va rodeado de una legión de guardaespaldas. El príncipe Carlos de Inglaterra se quedó impresionado al verle llegar a El Escorial para asistir el pasado abril al entierro de don Juan de Borbón, padre del Rey, según fuentes policiales."Para algunos, llevar escolta es un signo de distinción. Para otros es algo molesto y que, además, les coarta su libertad", señala un comisario. Quizás más de uno no pueda evitar recordar a los escoltas que recientemente han relatado haber sido testigos de varias aventuras amorosas del presidente norteamericano, Bill Clinton. Un periodista rechazó hace poco la protección que se le ofrecía tras escribir varios artículos muy duros contra ETA.

Las autoridades de las comunidades históricas reciben escolta de sus respectivas policías autonómicas. La protección estática en las viviendas de jueces y otras personalidades está encomendada a la Guardia Civil. Los militares rechazan, o suelen aceptar a regañadientes, la escolta policial: "Creen erróneamente que es un signo de cobardía", agregan los mismos medios.

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