Cartas al director

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Me dirijo a ti, mujer; a ti, hombre; a ti, pueblo; a ti, España. ¿Qué va a pasar con las cuencas mineras, con los empleos? ¿Qué va a ser de nuestros hijos? Y pensar que nadie se ocupa de los pueblos, ni de la gente, nada más que cuando les conviene, que nos hacen promesas y luego nos dejan morir sin dar la cara. Tan poca cosa somos que les preocupa más los problemas de los de fuera que los de sus casas. Tendremos que morir de hambre y frío para que se acuerden de nosotros y nos recuerden como las cuencas mineras que quisieron sobrevivir y no les dejaron, porque consideraron que era más importa...

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Me dirijo a ti, mujer; a ti, hombre; a ti, pueblo; a ti, España. ¿Qué va a pasar con las cuencas mineras, con los empleos? ¿Qué va a ser de nuestros hijos? Y pensar que nadie se ocupa de los pueblos, ni de la gente, nada más que cuando les conviene, que nos hacen promesas y luego nos dejan morir sin dar la cara. Tan poca cosa somos que les preocupa más los problemas de los de fuera que los de sus casas. Tendremos que morir de hambre y frío para que se acuerden de nosotros y nos recuerden como las cuencas mineras que quisieron sobrevivir y no les dejaron, porque consideraron que era más importante importar y dar el dinero a los de fuera. España, ahora son tus pueblos los que se mueren. ¿Qué será lo próximo?- Ángeles Pardo Fernández.

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