Furia de los unionistas del Ulster por los contactos del IRA y el Gobierno británico

Los contactos secretos entre el Gobierno británico y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) han abierto una nueva crisis para el primer ministro, John Major. Los dos grandes partidos unionistas norirlandeses exigieron ayer la dimisión del ministro Patrick Mayhew y, en el caso de los radicales de lan Paisley, la M propio Major, por mentir al Parlamento. El jefe del Gobierno y su ministro para Irlanda del Norte quedaron en una situación muy delicada al descubrirse su diálogo indirecto con la organización terrorista, pocos días después de que ambos negaran rotundamente que existiera algún tipo de...

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Los contactos secretos entre el Gobierno británico y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) han abierto una nueva crisis para el primer ministro, John Major. Los dos grandes partidos unionistas norirlandeses exigieron ayer la dimisión del ministro Patrick Mayhew y, en el caso de los radicales de lan Paisley, la M propio Major, por mentir al Parlamento. El jefe del Gobierno y su ministro para Irlanda del Norte quedaron en una situación muy delicada al descubrirse su diálogo indirecto con la organización terrorista, pocos días después de que ambos negaran rotundamente que existiera algún tipo de contacto.

El ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, admitió que había existido "una cadena de comunicación" entre IRA y Gobierno "desde años atrás". Los últimos mensajes fueron cruzados en fechas recentísimas: los días 2 y 5 de este mismo mes.La revelación de los contactos por parte del dominical The Observer fue muy inoportuna para el Gobierno británico, cogido a contrapié sólo cinco días antes de una esperada reunión entre Major y el primer ministro irlandés, Albert Reynolds, para abordar las relaciones anglo-irlandesas y la pacificación de la provincia.

Mayliew procuró desdramatizar la noticia y distinguir entre "contactos" y "negociaciones", pero la revelación indignó a todas las fuerzas políticas del Reino Unido, incluyendo a gran parte del propio Partido Conservador. A los parlamentarios tories les pareció inconcebible que su Gobierno contactara con el IRA sólo dos días después del devastador atentado de Warrington (noroeste de Inglaterra), en marzo pasado.

Los laboristas protestaron por las "continuas mentiras proferidas por el Gobierno". Los unionistas norirlandeses vieron confirmados sus temores de una traición por parte de sus tradicionales aliados tories. Y en el Sinn Féin, brazo político del IRA, la confesión de Mayhew sentó muy mal porque se ponía al descubierto su voluntad de abandonar las armas y se debilitaba, por tanto, su posición negociadora.

Los contactos se realizaron, de forma más o menos constante, a partir de 1989. El Gobierno utilizó como mensajeros a distintos empresarios, profesionales y sacerdotes católicos. Por parte del IRA, el portavoz principal fue el dirigente del Sinn Féin Martin McGuinness.

El IRA habló ya de esos contactos hace dos semanas, y señaló que habían participado en ellos funcionarios gubernamentales. En ese momento, el Gobierno negó rotundamente que hubiera la menor comunicación con el grupo terrorista y Major llegó a afirmar, ante los Comunes, que tal cosa le "revolvería las tripas".

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Según explicó ayer el ministro Mayhew, los contactos se intensificaron durante el pasado mes de febrero, cuando miembros de la dirección del IRA emitieron un mensaje "en el que expresaban su convicción de que el conflicto armado ya no tenía sentido" y les pedían consejo "sobre los pasos a seguir para abandonar las armas".

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