La OLP e Israel siguen tratando en Taba cómo liberar más palestinos

Les recibieron con besos y abrazos, pero para Mahmud Mubarak y su hermano mayor, Mohamed, su retorno al escuálido campo de refugiados palestinos de Kadura, en las afueras de Ramala, fue todo menos un acto triunfal tras más de un año en cuatro cárceles israelíes. "Lo justo es que liberen a todos los prisioneros. Solo así se conseguirá algo de paz. Sólo así Arafat podrá demostrar que los israelíes no nos están engañando cuando hablan de paz", dijo Mohamed con tono sombrío. Era el argumento que la delegación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en las conversaciones que se rea...

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Les recibieron con besos y abrazos, pero para Mahmud Mubarak y su hermano mayor, Mohamed, su retorno al escuálido campo de refugiados palestinos de Kadura, en las afueras de Ramala, fue todo menos un acto triunfal tras más de un año en cuatro cárceles israelíes. "Lo justo es que liberen a todos los prisioneros. Solo así se conseguirá algo de paz. Sólo así Arafat podrá demostrar que los israelíes no nos están engañando cuando hablan de paz", dijo Mohamed con tono sombrío. Era el argumento que la delegación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en las conversaciones que se reanudaron ayer en el balneario egipcio de Taba ponía sobre el tapete frente a la delegación israelí.Después de los besos vinieron las preguntas en casa de los Mubarak. Una anciana les preguntó si sabían algo de su nieto, apresado hace meses por tropas israelíes por un delito que ya no es tal: colgar una bandera palestina. Mubarak y Mohamed respondieron casi al unísono: "Está bien; si Dios quiere él también saldrá dentro de poco". La mujer les agradeció la noticia, pero se marchó con una expresión de desconsuelo. Su nieto no es miembro de la facción Al-Fatah, de Yasir Arafat, sino militante del movimiento islámico Hamás.

Amnistía selectiva

Tras la muerte de dos soldados israelíes a manos de guerrilleros islámicos en Gaza, sus posibilidades de libertad son más remotas que nunca. El propio Gobierno israelí lo ha dicho: la amnistía para los aproximadamente 13.000 palestinos que quedan en cárceles militares israelíes va a ser muy selectiva. Sólo los que abrazan el proceso de paz van a salir de las celdas y Hamás está cada día más activo en contra.

Escenas como las registradas en el pequeño hogar de los Mubarak se repetían ayer en Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. A los que acababan de salir de las cárceles gracias a la limitada amnistía política que forma parte de los compromisos de Israel con la OLI? se les acogía con cariño y mal disimulada decepción. Muchos de los casi 700 prisioneros que Israel ha puesto en libertad en las últimas 72 horas no sabían cómo responder cuando se les preguntaba si les parecía justo haber perdido uno o más años en celdas israelíes.

En los próximos días se sabrá si Israel va a acceder a liberar a mas prisioneros para dar sentido a la fórmula verbal que ambos lados han aceptado. A seis semanas del pacto entre Israel y la OLP, el lema es el mismo: Construir la confianza. A pocos metros de la casa de los Mubarak, una pintada resumía el desafío mas peligroso para la OLP e Israel. En árabe e inglés, decía: "Hamás igual a victoria".

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