MUNICIPIOS AL BORDE DE LA QUIEBRA

Bancos y cajas quieren renegociar la deuda de los ayuntamientos para evitar situaciones críticas

La decisión de ayuntamientos como el de Málaga de no refinanciar sus créditos y colocarse en situación de suspensión de pagos ha generado inquietud entre los bancos y las cajas de ahorros. Para las entidades financieras se trata más de un intento de forzar un acuerdo político sobre la financiación municipal que una verdera crisis financiera. La preocupación del mundo financiero está motivada por las elevadas deudas contraidas por algunos gobiernos locales de grandes ciudades más que por la posibilidad de que se produzca una hipotética cadena de impagos. Bancos y cajas defienden su voluntad de ...

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La decisión de ayuntamientos como el de Málaga de no refinanciar sus créditos y colocarse en situación de suspensión de pagos ha generado inquietud entre los bancos y las cajas de ahorros. Para las entidades financieras se trata más de un intento de forzar un acuerdo político sobre la financiación municipal que una verdera crisis financiera. La preocupación del mundo financiero está motivada por las elevadas deudas contraidas por algunos gobiernos locales de grandes ciudades más que por la posibilidad de que se produzca una hipotética cadena de impagos. Bancos y cajas defienden su voluntad de facilitar la renegociación de créditos. Sin embargo, no descartan que se generen situaciones de emergencia no controladas.

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El principal suministrador de crédito a los ayuntamientos españoles es el Banco de Crédito Local, integrado en el grupo Argentaria, de mayoría pública, con un 50% de la deuda total, afirma estar "expectante". Además del crédito oficial, las cajas de ahorro han sido siempre muy activas en la concesión de financiación a las corporaciones municipales, y su cuota actual es superior al 30%.A pesar de haber reaccionado con sigilo, la banca privada, que alcanza una cuota del 20% en la masa de créditos municipales, ha realizado tímidos movimientos. Los presidentes de algunos bancos han compartido su preocupación con el responsable de la AEB, José Luis Leal. La institución no ha tomado ninguna iniciativa oficial sobre el asunto. Entre la banca privada, los extranjeros, preferentemente británicos, franceses, japoneses y alemanes, han estado presentes en muchas operaciones.

"La banca siempre se ha mostrado dispuesta a colaborar con las corporaciones locales cuando alguna ha atravesado momentos de poca liquidez", señala el responsable de una entidad financiera activa en la concesión de créditos para ayuntamientos.

Otras soluciones

Manuel Mas, alcalde socialista de Mataré y presidente de la Comisión de Hacienda de la Federación Española de Municipios y Provincias, corrobora esta afirmación y cree que la crisis financiera de Málaga "se podía haber encarado de otra manera".

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De hecho, los bancos afectados por la suspensión de pagos declarada por Pedro Aparicio en Málaga mantuvieron la cabeza fría y renunciaron a realizar cualquier acción efectiva para reclamar el pago de la deuda pendiente, "interesados en que no se conociera esta situación, que compromete la solvencia de una parte de la Administraación pública española" según una de las entidades acreedoras. "La situación general tras lo sucedido en Málaga es delicada" manifestó la misma fuente.

La negociación entre la banca y los ayuntamientos para acordar nuevas condiciones en los créditos o para aplazar los pagos, según los casos, es permanente en muchos casos. Esta actitud de cautela es capital, pues, como se observa en el cuadro que acompaña a esta información, las corporaciones locales tienen contraida deuda con vencimiento inferior a un año, a corto plazo, por importe de 378.000 millones de pesetas.

Mas opina que la decisión del ayuntamiento malagueño coloca en una situación difícil al conjunto de los municipios, independientemente de cuál sea su realidad financiera. "Puede acabar significando un encarecimiento de los créditos por las cautelas de la banca" concluye.

La ley que regula la financiación de las corporaciones municipales fija en el 25% el nivel máximo que pueden alcanzar los intereses de la deuda y su amortización sobre el conjunto de los ingresos de un municipio en un año. Más allá de ese tope, las comunidades autónomas, si tienen transferida la competencia, deben autorizar expresamente la operación.

De acuerdo con los bancos y cajas de ahorros consultados, la inmensa mayoría de los municipios españoles no han rebasado ese. límite, considerado como prudente. Sin embargo, el conjunto de los grandes municipios arrastra una elevada cifra de endeudamiento.

La lista de las deudas está encabezada por Barcelona, Madrid y Zaragoza. Esta última, en términos relativos, es la entidad local más entrampada de entre las grandes ciudades españolas. Similar situación se reproduce en Andalucía, especialmente Sevilla, y parte de las poblaciones del cinturón industrial de la ciudad de Barcelona.

En cualquier caso, para los analistas de riesgo de las entidades financieras, el porcentaje de la deuda sobre ingresos es sólo uno de los criterios que se tienen en cuenta a la hora de decidir la concesión de un crédito. Igual o mayor importancia se otorga a la seriedad de la institución en el cumplimiento de sus presupuestos, la capacidad de ahorro o la de contener los gastos.

Negociadores firmes

Las corporaciones locales tienen fama de negociar con firmeza las condiciones de sus créditos, pero aun así, las entidades financieras se han mostrado activas e interesadas por este segmento. Durante los últimos años, la banca ha dedicado crecientes recursos hacia este tipo de créditos, entre otros motivos, por el ventajoso tratamiento que tienen en la normativa contable del Banco de España y que penaliza menos sus recursos propios que los créditos a empresas y particulares.

Un informe de Research Associates, sociedad de análisis financiero, considera que "la calidad crediticia de los ayuntamientos es peor que la del Estado y las comunidades autónomas", entre otros motivos, porque algunos organismos autónomos podrían estar acumulando deuda no incluida en la información facilitada, los desfases entre devengos y pagos y la falta de transparencia en algunas de sus informaciones.

El recurso al crédito bancario por parte de las administraciones locales ha mantenido un crecimiento sostenido desde 1986, aunque el año en que se produce un crecimiento más espectacular es 199 1, cuando se dispara desde 1,2 billones a 1,7.

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