Occidente ofrece más de 100.000 millones para la autonomía palestina

Los principales países occidentales pondrán hoy sobre el tapete algo más de 100.000 millones de pesetas en créditos y donaciones para apoyar en los dos próximos años a la autonomía palestina en parte de los territorios ocupados y respaldar así la paz concluida entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), según indican fuentes diplomáticas.

En la sede del Departamento de Estado en Washington se reúne hoy la conferencia internacional sobre la ayuda financiera a Cisjordania y Gaza, a la que asisten los ministros de Asuntos Exteriores de los principales países donan...

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Los principales países occidentales pondrán hoy sobre el tapete algo más de 100.000 millones de pesetas en créditos y donaciones para apoyar en los dos próximos años a la autonomía palestina en parte de los territorios ocupados y respaldar así la paz concluida entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), según indican fuentes diplomáticas.

En la sede del Departamento de Estado en Washington se reúne hoy la conferencia internacional sobre la ayuda financiera a Cisjordania y Gaza, a la que asisten los ministros de Asuntos Exteriores de los principales países donantes excepto los de la Comunidad Europea (CE), que, tras un largo debate, han delegado en la actual presidencia del Consejo de Ministros de los Doce, que ejerce el belga Willy Claes. España estará, sin embargo, representada por el nuevo secretario de Estado de Cooperación, José Luis Dicenta.Con una aportación de 75.000 millones pesetas a lo largo de un lustro, a los que hay que añadir una ayuda de urgencia de 3.050 millones, la CE es, según Claes, "el primer contribuyente" de esta conferencia. De esta cantidad, a España le corresponderá pagar cerca de 6.800 millones de pesetas. En segundo lugar entre los donantes figura EE UU, que ha prometido 32.500 millones hasta 1995, mientras la aportación de Japón se elevará durante el mismo periodo a 26.000 millones.

Noruega, con 4.550 millones desembolsados inmediatamente, y Canadá, con 5.850 millones puestos a disposición de la autonomía palestina de aquí a 1998, efectúan contribuciones menores. Incluso Israel aportará 3.250 millones, fundamentalmente en transferencias fiscales a la Administración palestina.

Arabia Saudí, en cambio, no había anunciado a última hora de la tarde de ayer su donación, a pesar de que el presidente Bill Clinton instó al rey Fahd a superar sus rencillas con la OLP, nacidas del apoyo de Yasir Arafat a Sadam Husein durante la guerra del Golfo, y a ser generoso. Otros participantes asistirán a la reunión sin hacer desembolso alguno, como es el caso de Rusia, teórica copatrocinadora de la conferencia de paz.

Evitar despilfarros

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La conferencia de hoy se inspira en parte en la que reunió en Washington, en enero de 1992, a los donantes a Rusia. El jefe de la diplomacia española, Javier Solana, ha advertido, sin embargo, que es necesario "sacar las lecciones de aquella experiencia y evitar que surjan los mismos agujeros por los que se puede despilfarrar parte del dinero".

Con ese propósito se ha descartado desde el primer momento la creación de un banco similar al Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, que tiene por objetivo financiar el desarrollo de las Europa central y del Este. Aunque la discusión no está del todo cerrada, serán, probablemente, dos entidades ya existentes, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones, las encargadas de canalizar la ayuda a los órganos de la autonomía. Hasta que se constituyan, la ONU se ocupará de hacerla llegar. Ambos bancos deberán rendir cuentas a un comité creado expresamente y del que formarán parte europeos, norteamericanos, japoneses, árabes e israelíes. "Estamos preparados para invertir en la paz", ha dicho Lewis Preston, presidente del Banco Mundial.

Las prioridades de la ayuda son, según un informe elaborado por los colaboradores de Preston, la construcción de infraestructuras básicas como la traída de aguas, alcantarillado, tratamiento de basuras, electrificación, y, en materia social, el fomento de la educación y de la higiene. Parte de los créditos otorgados deberán, sin embargo, servir para alentar la inversión privada en los territorios ocupados.

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