Los expertos del MIT reivindican la política industrial para mantener el liderazgo de EE UU

Los expertos del Massachusetts Institute of Technology (NUT) aconsejan una políti-ca industrial activa para mantener el liderazgo de los Estados Unidos. Para convencer al 80%o de los norteamericanos que sufren una alarmante caída de los salarios reales y del poder adquisitivo, el presidente Clinton debe dar prioridad a "sectores industriales como las telecomunicaciones", una opinión compartida por diversos expertos, entre ellos varios Premios Nobel.

La sesión especial del World Economic Forum -que se celebra anualmente en Davos- tiene lugar durante este fin de semana en Boston y ha conv...

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Los expertos del Massachusetts Institute of Technology (NUT) aconsejan una políti-ca industrial activa para mantener el liderazgo de los Estados Unidos. Para convencer al 80%o de los norteamericanos que sufren una alarmante caída de los salarios reales y del poder adquisitivo, el presidente Clinton debe dar prioridad a "sectores industriales como las telecomunicaciones", una opinión compartida por diversos expertos, entre ellos varios Premios Nobel.

La sesión especial del World Economic Forum -que se celebra anualmente en Davos- tiene lugar durante este fin de semana en Boston y ha convocado a 800 expertos y empresa nos de todo el mundo. Los economistas están convencidos de que el presidente Clinton necesita que sus electores noten pronto la mejoras que se derivarían de una mayor intervención del Estado en ayuda de algunos sectores industriales, por lo cual "deberá frenar las importaciones de algunos productos, para que la demanda interna no cree puestos de trabajo fuera", explica el profesor Lester Thurow, decano de la Sloan School, escuela de negocios del MIT. "Yo no le llamaría a esto proteccionismo; prefiero llamarle aislamiento y sentido de la medida, como han dicho los mismos asesores económicos del presidente", recalca. El MIT, centro de formación de los analistas y expertos, más influyentes del mundo, está impulsando últimamente el debate sobre la necesidad de política industrial en una economía de gran tradición liberal que siempre ha recelado de cualquier forma de intervencionismo. Franco Modigliani, Michael Porter o Joseph Bower, presentes en la reunión, defienden ahora la necesidad de que el Estado intervenga arbitrariamente en defensa de los sectores con mayor potencial.

Acuerdos bilaterales

Para estos economistas, que defienden la compatibilidad del librecambismo con una política industrial, el futuro del comercio mundial está más en función de las regiones económicas que de los esquemas multilaterales defendidos en el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio). Para Thurow, el GATT es un símbolo más que una realidad, ya que sólo afecta a una séptima parte del comercio real en el mundo". En esta misma línea, varios de los asistentes pusieron en primer plano la importancia para EE UU de ampliar hacia países del sur, como Argentina, Chile y Brasil, el Tratado de Libre Comercio (TLC) que agrupa ya a Estados Unidos, Canadá y México.

El comercio mundial del sector textil centró una de las mesas de trabajo de este foro. Sus asistentes -entre ellos el presidente de la patronal textil europea Comitextil, el español Juan Antonio Sanfeliú- insistieron en la necesidad de establecer mecanismos internacionales para controlar el cumplimiento de las reglas del mercado libre. El centro de las preocupaciones vuelve a ser el dumping social de los países del sureste asiático. Los representantes europeos del textil destacaron la urgencia de que la CE encuentre medidas para poder reducir las cargas sociales sobre la producción y el empleo y compensarlas con incrementos impositivos (IVA) para no poner en peligro el Estado de bienestar. En estos argumentos confluyen algunos expertos del MIT, como Porter o Bower.

El sector energético reunió a una de las mesas de trabajo más activas, que cuenta con la presencia de Óscar Fanjul, presidente de Repsol. Fanjul, explicó la dificultad de llevar adelante la privatización de grandes empresas estatales europeas, en las que la estructura de su propiedad está condicionada por corporaciones financieras más que por intereses estratégicos.

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