Ladrones de etiqueta

Delincuencia -¿por qué negarlo?-, hay mucha. Se practican diariamente cientos de delitos en nuestras calles. Más que nada, suelen ser pequeños (y no -por eso de poca importancia) robos, hurtos, atracos... Sus autores suelen ser personas con vidas marginales o con alteraciones psíquicas. La inmensa mayoría de los detenidos son reincidentes y han cumplido penas por sus delitos.Ahora bien, nunca, nunca jamás debemos olvidar una especie de delincuentes que, desgraciadamente, se reproduce sin cesar. Son los ladrones de etiqueta. Empresarios ostentosos e insolidarios que buscan un sobresueldo...

Delincuencia -¿por qué negarlo?-, hay mucha. Se practican diariamente cientos de delitos en nuestras calles. Más que nada, suelen ser pequeños (y no -por eso de poca importancia) robos, hurtos, atracos... Sus autores suelen ser personas con vidas marginales o con alteraciones psíquicas. La inmensa mayoría de los detenidos son reincidentes y han cumplido penas por sus delitos.Ahora bien, nunca, nunca jamás debemos olvidar una especie de delincuentes que, desgraciadamente, se reproduce sin cesar. Son los ladrones de etiqueta. Empresarios ostentosos e insolidarios que buscan un sobresueldo para acabar el mes... Estafan y arruinan a todos los españoles.

Me explicaré mejor: declaran -si lo hacen- una más

que reducida parte de su patrimonio a Hacienda, que "somos todos", y consiguen ocultar millones y millones de pesetas con los cuales el Estado podría mejorar sus servicios: educación, comunicaciones, infraestructuras, cultura...Y lo peor. En un estudio realizado en noviembre de 1989 por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), exactamente el número 1.847, se recogen los siguientes datos: un 64,6% de la población española estaría dispuesta a denunciar a alguien de su vecindad por robar radiocasetes, mientras que sólo el 34,6% lo haría por alguien que defrauda a Hacienda, ¡alguien que defrauda a nada más y nada menos que a 36 millones de personas!

Juzguen ustedes.-