Entrevista:

"Aplico en las cárceles el rigor imprescindible"

Antoni Asunción lleva cinco años como responsable de las prisiones españolas. Ahora ha vuelto a ser renovado en el cargo, ascendido a secretario de Estado. Proyecta crear un cuerpo de funcionarios para la vigilancia de los centros penitenciarios y el traslado de los reclusos de un centro a otro. Afirma que a los presos se les trata sólo "con el rigor imprescindible"

Pregunta. Mucha gente tiene de usted una imagen de hombre duro. Incluso está procesado por aplicar un "rigor innecesario" a unos presos de Sevilla tras la muerte de un compañero en un motín.

Respuesta. Yo no me considero un duro. Aplicamos entonces unas medidas que alguien calificó de rigor innecesario, mientras que otros consideramos que era un rigor imprescindible. La prueba es que desde que las aplicamos han disminuido los incidentes. Hay algunos reclusos muy peligrosos a los que hay que restringir los movimientos para que respeten los derechos de los demás. Yo aplico e...

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Pregunta. Mucha gente tiene de usted una imagen de hombre duro. Incluso está procesado por aplicar un "rigor innecesario" a unos presos de Sevilla tras la muerte de un compañero en un motín.

Respuesta. Yo no me considero un duro. Aplicamos entonces unas medidas que alguien calificó de rigor innecesario, mientras que otros consideramos que era un rigor imprescindible. La prueba es que desde que las aplicamos han disminuido los incidentes. Hay algunos reclusos muy peligrosos a los que hay que restringir los movimientos para que respeten los derechos de los demás. Yo aplico el rigor imprescindible.

P. También se le critica por estar proyectando instalar una especie de jaulas en la cárcel de Valdemoro (Madrid).

R. El módulo donde se van a instalar tiene 70 celdas, y para distribuir en grupo las salidas a los patios durante las horas de sol es imposible hacerlo de uno en uno. Es necesario compartimentar el patio para que puedan salir varios a la vez y que no haya riesgos de agresiones entre unos y otros. Eso se puede hacer con tabiques de hormigón u otros separadores. Aquí vamos a utilizar unos separadores de mallas metálicas, cosa que algunos lo ven de forma degradante. Yo estoy de acuerdo en compartimentar los patios para preservar la integridad de los reclusos, siempre que sean de perfil peligroso. Se le dejará el espacio adecuado para que disfrute del patio. En Estados Unidos hay unos separadores que dificultan la agresión y que no impiden la conversación.

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P. ¿Su mayor preocupación es la seguridad en las cárceles?

R. No. Es un tema importante, pero no el único. El aspecto sanitario, el de trabajo y el educativo son una prioridad absoluta, sin olvidar la seguridad.

P. ¿El previsible recorte en los presupuestos del Estado afectará al capítulo dedicado a prisiones?

R. Va a haber un recorte. Solidariamente con los demás, asumiremos la parte que nos toque. El recorte no va a echar abajo el plan de modernización de centros.

P. El hacinamiento que hay en las cárceles tendrá solución a corto plazo?

R. Hasta el 96 será muy dificil. Es más, como ha habido un deslizamiento y se ha producido un retraso en la adjudicación de solares [para las nuevas prisiones] por las protestas de los municipios, tenemos seis meses más en los programas. Con lo cual, hasta mediados del año próximo vamos a tener una situación de hacinamiento.

P. Cómo está su proyecto de animar a los presos extranjeros para que pidan su expulsión del país a cambio de darles la libertad, dejando así plazas libres para los reclusos españoles?

R. Vamos a retomar todo el tema, a ver si conseguimos que 3.000 reclusos, a los que se les puede conmutar la condena, salgan del país. El fiscal debe de pedir en el momento del juicio que se le aplique, la Ley de Extranjería y que a estas personas se les conmute la pena de seis años por la expulsión. También lo pueden pedir los propios reclusos. Pero hay un retraso y vamos a retomar este programa como uno de los prioritarios.

P. Los presos no se animan a marcharse, ¿no?

R. Tendremos que invitarles.

P. Háblenos de ese proyecto suyo de hacer que los propios funcionarios de prisiones se ocupen de la seguridad de las cárceles y de los traslados de los internos a los juzgados o a otros establecimientos.

R. Es una decisión que el Ministerio de Justicia todavía no ha tomado, pero sí que hay ese proyecto. Eso conlleva una modificación en la normativa funcionarial y otra en las fuerzas de seguridad del Estado, ya que la vigilancia y traslado dé los reclusos es ahora competencia del Ministerio del Interior. Pero todavía no hay luz verde al proyecto.

P. ¿Cuántas personas formarían ese nuevo cuerpo?

R. El equivalente a los siete u ocho mil guardias que hacen ahora esa función. Quizá menos, porque al incorporarse dentro de un mismo. cuerpo hay tareas que se pueden compatibilizar y horas al día que hay que intensificar la vigilancia y horas que puede disminuir. Por tanto, no sería necesario sustituir igual número de funcionarios de Interior, sino que se podría eliminar un 25% de los que hoy utiliza Interior al ser ocupadas estas plazas por funcionarios de Prisiones.

P. Los sindicatos de Prisiones están en contra.

R. No están en contra, porque no conocen el proyecto. Cuando lo conozcan... Y no hay ninguna contaminación de sus funciones. Es lo que ocurre en todos los países del mundo, menos España. Lo que planteo es la racionalidad.

P. ¿Llegará a las cárceles "el cambio sobre el cambio"?

R. Esto se hace cada día y desde hace tiempo. Aquí se está produciendo el cambio sobre el cambio, a pesar de problemas como la masificación y otros.

P. Cómo está el problema del sida en las prisiones.

R. Va bajando. Ingresan menos seropositivos. Los reclusos saben perfectamente cuáles son las vías de contagio, y así se elimina el riesgo. Otros problemas más difíciles son la hepatitis y la tuberculosis, que son preocupantes porque las vías de contagio son más fáciles que las del sida.

P. ¿La droga circula sin problemas en las cárceles?

R. No. Puede circular, pero con muchos problemas. Esa imagen de que la cárcel es una especie de zoco donde hay más droga que en la calle es falsa.

P. ¿Hay funcionarios que colaboran a que entre la droga?

R. Aparte de que haya algún funcionario que haya cometido este delito, no se puede generalizar. Los propios funcionarios han denunciado a estos compañeros, y ahora hay cuatro o cinco penados por tráfico de drogas. Son un caso aislado entre 15.000 funcionarios...

P. Pero la tentación de corromperse debe ser fuerte. ¿Son incorruptibles estas personas?

R. Sin duda, están sometidos a mucha presión. Sin obviar que pueda haber hechos puntuales, lo general es que los funcionarios tienen una actitud muy buena y ejemplar.

P. ¿Sigue habiendo muchas agresiones en las prisiones?

R. Han disminuido muchísimo al separar a los peligrosos. En régimen especial hay 100 internos, y el resto son 39.000. Es decir, 100 perturbaban las cárceles. Hay que preservar a los demás de esos que hacían de los patios de las cárceles su imperio.

P. Los asesinatos de niñas a manos de presos que estaban en libertad ¿han supuesto un recorte en el régimen de permisos penitenciarios?

R. Ha creado un mayor control. Y siempre que hay mayor control, hay un recorte, que es significativo. Yo creo que son exigencias necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos en la calle. Esto también lo han asumido los jueces de vigilancia penitenciaria.

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