Una faena para los niños

El Gobierno Portugués dicta una ley autorizando el trabajo de menores.

Los niños pueden trabajar. en Portugal. Siempre lo han hecho, pero ahora dos disposiciones legales del Gobierno luso han bendecido oficialmente el trabajo de los menores con edades entre los 14 y los 18 años. Aunque -ha incluido restricciones, las protestas están en la calle. El martes, el boletín oficial publicaba la autorización para que los menores realicen "trabajos ligeros". Lo que era bueno para el Gobierno, porque por fin se regulaba y limitaba algo muy extendido y aceptado en Portugal, el trabajo infantil, ha sido visto por sindicaíos y buena parte de la opinión pública completamente a...

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Los niños pueden trabajar. en Portugal. Siempre lo han hecho, pero ahora dos disposiciones legales del Gobierno luso han bendecido oficialmente el trabajo de los menores con edades entre los 14 y los 18 años. Aunque -ha incluido restricciones, las protestas están en la calle. El martes, el boletín oficial publicaba la autorización para que los menores realicen "trabajos ligeros". Lo que era bueno para el Gobierno, porque por fin se regulaba y limitaba algo muy extendido y aceptado en Portugal, el trabajo infantil, ha sido visto por sindicaíos y buena parte de la opinión pública completamente al revés, como algo atroz, por el mero hecho de admitir que los menores pueden trabajar legalmente.El Gobierno calcula que ac tualmente trabajan unos 30.000 menores en Portugal. Los sindicatos multiplican esta cifra por cinco. Las regiones más acostumbradas a poner a los ninos a faenar son las del norte; y sobre todo en los sectores del calzado y textil, en pequeñas empresas familiares donde las labores se realizan en la propia casa. Ayer mismo, el diario 0 Publico recogía la muerte de un muchacho de 15 años en esta zona. Le aplastó un telar. Y un redactor del mismo reconocía a EL PMS que "desgraciadamente" es algo bastante frecuente en Portugal.

La normativa determina que los menores podrán hacer "trabajos leves" y "tareas simples", "que no exijan esfuerzos físicos o mentales" y que no pongan en riesgo "la salud o el desarrollo del menor". Se prohíbe, eso sí, que trabajen más de siete horas diarias o 35 semanales, y más de cuatro horas seguidas, y se exige un intervalo de descanso de por lo menos una hora. En su defensa, se prohíbe su contacto con ciertos agentes físicos y químicos; que fabriquen o manipulen materiales peligrosos, o que manejen maquinaria agrícola. Aparte de lo vago de la redacción, la normativa prevé multas bien pequeñas para quien se salte la norma: unas 80.000 pesetas. Muy pocos creen que se vayan a cumplir estas restricciones. El propio Gobierno reconoce que sólo cuenta con 300 inspectores de trabajo.

La Confederación General del Trabajo, sindicato de carácter comunista, ha denunciado la 1egalización" del trabajo infantil y 1a hipocresía del Gobierno", que, coincidiendo con esta normativa, ha lanzado una campana contra el trabajo infantil con el lema: "Déjales crecer". El ministro de Trabajo afirma, sin embargo, que hay muchos menores a los que, si al terminar la escolarizacíón obligatoria, a- los 14-años, no se les permite trabajar, "se les deja en una peligrosa situación de marginación social`.

. Los sindicatos ya han anunciado que recurrirán la ley a la Organización Internacional del Trabajo (OYI), que desarrolla un plan internacional para liberar de sus obligaciones laborales a unos 200 millones de menores en el mundo, y que precisamente acaba de publicar un libro con escalofriantes fotografías de estos niños explotados.

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