CIENCIA

La Vía Láctea se está comiendo a su galaxia vecina

La aparente serenidad de la Vía Láctea, la galaxia a la que pertenece el Sol, oculta un apetito de caníbal, y se está comiendo, bocado a bocado, a su vecina la Gran Nube de Magallanes, situada a una distancia de 160.000 años luz. Esta forma de canibalismo cósmico se debe a la atracción gravitacional que ejerce la masa de la Vía Lactea, por la cual arranca estrellas y nubes de gas ajenas.Éste es el resultado de un estudio presentado esta semana en la reunión de la Sociedad Americana de Astronomía por científicos estadounidenses que han calculado el peso de la Vía Láctea. Además, su investigació...

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La aparente serenidad de la Vía Láctea, la galaxia a la que pertenece el Sol, oculta un apetito de caníbal, y se está comiendo, bocado a bocado, a su vecina la Gran Nube de Magallanes, situada a una distancia de 160.000 años luz. Esta forma de canibalismo cósmico se debe a la atracción gravitacional que ejerce la masa de la Vía Lactea, por la cual arranca estrellas y nubes de gas ajenas.Éste es el resultado de un estudio presentado esta semana en la reunión de la Sociedad Americana de Astronomía por científicos estadounidenses que han calculado el peso de la Vía Láctea. Además, su investigación es una pista importante sobre la materia oscura del universo, una de las incógnitas más actuales de la astrofísica. Es la materia que ni luce ni hace sombra, pero que podría constituir el 99% de todo lo que existe en el cosmos y Ser detectable por su efecto gravitacional. Parte de esa materia oscura es galáctica, formando un gran halo invisible alrededor del conjunto de estrellas.

Douglas Lin, de la Universidad de California en Santa Cruz, junto con sus colegas Burton Jones y Arnold Klemola, ha determinado que la Gran Nube de Magallanes sigue una órbita elíptica alrededor de la Vía Láctea a una velocidad de 235 kilómetros por segundo, completando un giro cada 2.500 millones de años.

Con sus mediciones, el equipo de Lin ha podido determinar la influencia gravitacional de la Vía Láctea sobre su vecina y ha calculado que el peso de la primera es equivalente a 600.000 millones de veces la masa del Sol, es decir, entre 5 y 10 veces más que la materia que se ve en la galaxia. Según investigaciones previas, el diámetro de la parte visible de la Vía Láctea es del 20.000 años luz, mientras que el de su halo invisible mide, como mínimo, 800.000 años luz. Esto significa que la Gran Nube de Magallanes surca el halo de materia oscura de la Vía Láctea en cada paso orbital y que la atracción gravitacional de ésta va arrancando trozos a la primera. Dentro de 20.000 millones de años, la galaxia vecina habrá sido consumida por nuestra galaxia.

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