Editorial:

El censo saharaui

LA ONU ha iniciado este mes las complejas operaciones para identificar a los votantes en el referéndum sobre el futuro del Sáhara occidental, cuya celebración está prevista para este año. En la primera fase se trata de confirmar a las personas que figuran en el censo establecido por España en 1974. Pero el momento realmente dificil será la segunda etapa, en la que se planteará la ampliación de dicho registro. Aquí se enfrentan dos criterios, el del Frente Polisario, que acepta una ampliación limitada a los casos que puedan aportar pruebas escritas de que han sido habitantes del Sáhara, y el de...

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LA ONU ha iniciado este mes las complejas operaciones para identificar a los votantes en el referéndum sobre el futuro del Sáhara occidental, cuya celebración está prevista para este año. En la primera fase se trata de confirmar a las personas que figuran en el censo establecido por España en 1974. Pero el momento realmente dificil será la segunda etapa, en la que se planteará la ampliación de dicho registro. Aquí se enfrentan dos criterios, el del Frente Polisario, que acepta una ampliación limitada a los casos que puedan aportar pruebas escritas de que han sido habitantes del Sáhara, y el de Marruecos, que desea una ampliación casi tan numerosa como el censo original, permitiendo que simples testimonios verbales sean suficientes para transformarlo.La demanda marroquí es inaceptable, ya qué anularía la decisión de la ONU de considerar "como base" el censo español. Sin embargo, se debe encontrar una solución que flexibilice la ampliación dentro de unos límites sensatos: si ello no se logra, quedará en entredicho la posibilidad misma de llevar a cabo la consulta. La tarea es sumamente dificil para el secretario general de la ONU, quien visita la región en estos días para avanzar en la preparación de las listas de votantes. Desgraciadamente, ciertos rasgos del viaje -como el mayor interés prestado a las autoridades marroquíes- han creado la sensación de una cierta discriminación hacia el Frente Polisario.

Hasta ahora, los hechos objetivos obligan a reconocer que Marruecos ha sido el principal obstáculo para que la ONU pueda cumplir su misión. En la fase actual, sería un error creer que el problema se puede resolver dando a la labor de la ONU una inclinación favorable a las demandas de Rabat. La ONU está obligada a una imparcialidad estricta, ya que el referéndum sólo será posible si las dos partes participan en su realización.

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