El peligro 'jemer' sigue en pie
El jefe de la La UNTAC (Autoridad Provisional de la ONU en Camboya), Yasushi Akashi, ha propuesto la formación de un organismo de gobierno integrado provisionalmente por los partidos ganadores, y presidido por el príncipe Norodon Sihanuk, para asegurar una ordenada transición hacia el definitivo gobierno. Sihanuk previno contra una reanudación de la violencia cuando, dentro de varios días, sean anunciados los resultados definitivos."Podemos sufrir serias dificultades, incluso desde el punto de vista militar", declaró en el Consejo Nacional Supremo. My Ly, dirigente del gubernamental Partido de...
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El jefe de la La UNTAC (Autoridad Provisional de la ONU en Camboya), Yasushi Akashi, ha propuesto la formación de un organismo de gobierno integrado provisionalmente por los partidos ganadores, y presidido por el príncipe Norodon Sihanuk, para asegurar una ordenada transición hacia el definitivo gobierno. Sihanuk previno contra una reanudación de la violencia cuando, dentro de varios días, sean anunciados los resultados definitivos."Podemos sufrir serias dificultades, incluso desde el punto de vista militar", declaró en el Consejo Nacional Supremo. My Ly, dirigente del gubernamental Partido del Pueblo de Camboya (CPP), insistía ayer: "Si ganamos, dispondremos de suficiente fuerza como para proteger a nuestro pueblo contra los polpotistas [jemeres rejos]". Y este profundo miedo a la fanática guerrilla decidió el voto de muchos camboyanos, fundamentalmente en las provincias más marcadamente rurales. "EL FUNCINPEC (el partido monárquico del hijo de Sihanuk) no tiene soldados que eviten su regreso", señalaba uno de ellos.
Un corresponsal italiano comentaba que en el conflicto camboyano es perfectamente aplicable la reflexión de Gramsci de que en algunas situaciones pugnan el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la razón: "Todos queremos que esto se arregle pero la hostilidad entre los dos principales partidos es tan grande que salir del embrollo será muy difícil".
El FUNCIPEC ha acusado al Gobierno de perpetrar asesinatos políticos, favorecer la corrupción y empobrecer al pueblo. El partido oficial denunció a los monárquicos como cómplices de una guerrilla genocida y de aceptar como militantes a antiguos bandidos. Los jemeres rojos han advertido que no aceptarán los resultados y piden la formación de un gobierno y un ejército de "reconciliación nacional".