CAOS INSTITUCIONAL EN RUSIA

EE UU apoyará a Yeltsin aunque asuma más poderes

Estados Unidos parece inclinado a respaldar cualquier movimiento de Borís Yeltsin para anular a la oposición, incluida la suspensión del Parlamento y la declaración de otras medidas de urgencia, pero no toleraría el uso de la fuerza como un medio para resolver la actual disputa por el poder en Rusia, según afirmaba ayer el diario The New York Times. Éste cita a un alto funcionario de la Administración que asegura que "Washington no retiraría su fuerte apoyo a Yeltsin si decidiese asumir poderes especiales", pero reaccionaría en contra si Yeltsin optara por utilizar la fuerza militar.

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Estados Unidos parece inclinado a respaldar cualquier movimiento de Borís Yeltsin para anular a la oposición, incluida la suspensión del Parlamento y la declaración de otras medidas de urgencia, pero no toleraría el uso de la fuerza como un medio para resolver la actual disputa por el poder en Rusia, según afirmaba ayer el diario The New York Times. Éste cita a un alto funcionario de la Administración que asegura que "Washington no retiraría su fuerte apoyo a Yeltsin si decidiese asumir poderes especiales", pero reaccionaría en contra si Yeltsin optara por utilizar la fuerza militar.

El Gobierno norteamericano no se ha pronunciado oficialmente sobre ninguna hipótesis de desarrollo de los acontecimientos en Rusia, y ni siquiera ha reconocido la existencia de una carta del canciller alemán, Helmut Kohl, en la que se consultaba al presidente Bill Clinton sobre cuál sería su actitud en el caso de que Yeltsin suspendiese la actual legalidad constitucional en Rusia. El portavoz del Departamento de Estado dijo que Moscú no ha presentado esa idea a Clinton "por ningún medio".La única posición pública de la Administración sobre los sucesos de Moscú es la del apoyo incondicional a Yeltsin "mientras sea presidente". En su última declaración al respecto, Clinton insistió: "Apoyo la democracia en Rusia y el movimiento hacia la economía de mercado, y Borís Yeltsin es el presidente elegido de Rusia y el representante de esas reformas". Clinton instó también al G-7, el grupo de los siete países más ricos del mundo, para que apoye de manera más decidida las reformas en Rusia.

El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, mantuvo el viernes una conversación telefónica con su homólogo ruso, Andréi Kózirev, pero, según los informes oficiales de esa reunión, no fue mencionada la posibilidad de que Yeltsin suspendiera el Parlamento. Después de esa conversación, Christopher aseguró que la cumbre prevista para los próximos días 3 y 4 de abril no está en peligro, y que los preparativos siguen "con normalidad".

El secretario de Estado dijo que, en su diálogo telefónico, el ministro ruso de Exteriores le había garantizado que el compromiso de Yeltsin con la democracia y las reformas económicas no ha variado en lo más mínimo. Christopher informó también que su colega le había transmitido los deseos del Gobierno ruso de seguir adelante en su proyecto de celebrar un plebiscito.

"Kózirev me ha dicho que los esfuerzos de Yeltsin de entenderse con el Congreso han fracasado, pero que el presidente ruso mantiene su deseo de celebrar un referéndum como la mejor manera de reflejar la opinión del pueblo ruso. Yeltsin espera que el Congreso apruebe todavía ese referéndum, pero, si no es así, está dispuesto a un plebiscito para conocer la opinión del pueblo", declaró Christopher.

Washington está siendo muy cuidadosa a la hora de juzgar los acontecimientos de Rusia. Por un lado, Clinton prepara un plan de ayuda económica que pueda ser anunciado en la cumbre, o incluso antes. Pero, por otro lado, no quiere verse atrapado en un callejón sin salida si Yeltsin finalmente se ve obligado a renunciar.

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