Zorkin dice que las autoridades del Estado no cumplen la Constitucion

Aprended a convivir y si no podéis hacerlo reconocedlo y dejad que el pueblo elija nuevos gorbernantes. Esta es la esencia del discurso que Valeri Zorkin, presidente del Tribunal Constitucional, pronunció ayer en el Congreso. La actual crisis, según Zorkin, no se debe a que la Constitución sea mala, sino a que los poderes del Estado no "muestran capacidad para cumplirla"."Rusia vive uno de los periodos más difíciles de su historia , constató Zorkin, que pintó un cuadro muy sombrío: "La economía está en decadencia, no se respetan los derechos socioeconómicos de los ciudadanos, persisten los con...

Aprended a convivir y si no podéis hacerlo reconocedlo y dejad que el pueblo elija nuevos gorbernantes. Esta es la esencia del discurso que Valeri Zorkin, presidente del Tribunal Constitucional, pronunció ayer en el Congreso. La actual crisis, según Zorkin, no se debe a que la Constitución sea mala, sino a que los poderes del Estado no "muestran capacidad para cumplirla"."Rusia vive uno de los periodos más difíciles de su historia , constató Zorkin, que pintó un cuadro muy sombrío: "La economía está en decadencia, no se respetan los derechos socioeconómicos de los ciudadanos, persisten los conflictos interétnicos, crece la delincuencia, cobra fuerza el movimiento radical con fines anticonstitucionales, las estructuras estatales están infectadas por la corrupción, y el nihilismo jurídico se extiende entre los altos cargos".

El descontento de la gente por la pasividad de los poderes del Estado y el enfrentamiento entre ellos amenaza con desembocar en una explosión social. "El sistema constitucional de Rusia está en peligro. Estamos al borde de la catástrofe", añadió. Zorkin habló también de la corrupción, que "refleja el estado general del poder", y advirtió que "si el Estado no puede detener este mal, se derrumbará sin tardanza".

El Constitucional empezó adquirir gran protagonismo partir de diciembre, al actuar como mediador entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Después del discurso de Zorkin, los diputados cerraron el segundo punto de la agenda, que abría la posibilidad de comenzar un proceso legal para destituir al presidente Borís Yeltsin. Los parlamentarios no se lanzaron a la guerra y prefirieron una resolución pacifista en la que dan un plazo de tres meses a Yeltsin y al Sóviet Supremo para enmendar la legislación y hacerla concordar con la Constitución.