Las 5.500 cicatrices de Dubrovnik

Organismos, internacionales reconstruyen la histórica ciudad croata

ENVIADO ESPECIALSiempre apostó por la diplomacia en lugar de las armas, nunca fue destruida por la acción de los hombres y en todas las épocas fue un punto de cita de la cultura y del arte, de la civilización y del diálogo. A finales de 1991, el Ejército serbio-montenegrino atacó y cercó Dubrovnik, una de las ciudades más hermosas del Adriático; los bombardeos dañaron seriamente 5.500 edificios. Ahora, en la desnudez de su belleza herida, Dubrovnik comienza a reconstruir sus tesoros con la ayuda de organismos internacionales mientras los combates se recrudecen en el pueblo de Trebinje, a 20 ki...

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ENVIADO ESPECIALSiempre apostó por la diplomacia en lugar de las armas, nunca fue destruida por la acción de los hombres y en todas las épocas fue un punto de cita de la cultura y del arte, de la civilización y del diálogo. A finales de 1991, el Ejército serbio-montenegrino atacó y cercó Dubrovnik, una de las ciudades más hermosas del Adriático; los bombardeos dañaron seriamente 5.500 edificios. Ahora, en la desnudez de su belleza herida, Dubrovnik comienza a reconstruir sus tesoros con la ayuda de organismos internacionales mientras los combates se recrudecen en el pueblo de Trebinje, a 20 kilómetros de distancia, donde los serbios han practicado una espectacular operación de limpieza étnica de las últimas semanas de la guerra.

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"Vale más cualquier piedra de la catedral de Dubrovnik que la ciudad entera de Belgrado", manifiesta con vehemencia Matko Medo, un empresario turístico y senador de la Unión Democrática Croata (ADZ), el partido del presidente Franjo Tudjman. Pese a su nacionalismo radical y xenófobo, que no excluye calificar a los serbios como un "pueblo analfabeto que sólo sabe matar", no le falta razón a este! dirigente político, que expresa sin tapujos las opiniones que comparte la mayoría de los más de 100.000 habitantes de esta joya (le la.. arquitectura gótica y renacentista, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1979.

Mucho más moderado y ecuánime, el periodista Luko Brailo, responsable del diario independiente Slobodan Dalmacija (Dalmacia Libre), explica los motivos de un ataque aparentemente irracional y sin sentido: "Los serbios trataron de destruir un smbolo, al tiempo que´arruinaban buena parte de la riqueza turística de Croacia".

Sin normalidad

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Poco más de un año después de aquella inesperada ofensiva,, detenida por las tropas croatas y por las protestas de la comunidad internacional, Dubrovnik, no ha recuperado la normalidad. El frente de batalla está muy cerca y los hoteles afrontan una nueva oleada de refugiados procedentes de 7l`rebinje. Tras conquistar esta pequeña población, los serbios han expulsado a todas las personas de origen musulmán. Entre pasos de montaña y cargados con sus pertenencias, los 5.000 protagonistas del éxodo han llegado hasta Dubrovnik, donde las autoridades estudian cómo instalar a estos desplazados.

La celebración de un carnaval infantil en estos fríos días de finales de febrero no ha podido disfrazar la tragedia cotidiana que vive esta ciudad, que rivalizó con Venecia entre los siglos XV y XVII. Más del 80% de la población está desocupada en una Dubrovnik que vivía para y por el turismo.

"Parece mentira, pero en los festivales de verano nos hemos reunido aquí, en estas mismas plazas y cafés, intelectuales serbios y croatas", explica el escritor Feda Sehovic, de 62 años, organizador hasta hace tres años de los famosos festivales de verano de Dubrovnik.

"La unificación de Yugoslavia en 1918", explica el novelista, "fue artificial y sólo se mantuvo tras la II Guerra Mundial por la férrea dictadura comunista del mariscal Tito. Era un volcán falsamente apagado, porque todos los pueblos llevábamos en el corazón el deseo de convertirnos en naciones".

La economía quizás se recupere en pocos años, cuando los alemanes e italianos vuelvan a invadir las playas de una Dubrovnik en paz, donde los recitales de ópera y las representaciones de teatro sustituyan de nuevo al estruendo diario de los bombardeos. Pero la reconstrucción completa de una ciudad donde cada teja y cada rincón revelan siglos de arte resultará un objetivo más dificil. Especialistas alemanes y franceses vinculados a la Unesco han comenzado ya el estudio de los daños en algunas zonas del municipio. Sin embargo, la tarea está condenada a la lentitud por la peligrosidad del trabajo. Según el alcalde de Dubrovnik, Pero Poljanic, el 75% de las industrias fueron destruidas o dañadas y el 40% de las tiendas resultaron afectadas por los bombardeos. El coste de la rehabilitación de este maravilloso puerto croata amurallado puede ser 2.000 millones de dólares, según el municipio.

Los conventos e iglesias tapiados por armazones de madera, los comercios cerrados, el casco antiguo transitado por soldados, el rumor de las explosiones del frente o los ancianos refugiados que buscan unos rayos de sol junto a las tiroteadas fachadas de los hoteles componen hoy el panorama de la antigua Ragusa.

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