Los secuestradores de las dos monjas españolas en Filipinas piden un rescate de 138 millones de pesetas

Los secuestradores en Filipinas de las dos carmelitas españolas exigen por su liberación un rescate de 138 millones de pesetas, según reveló ayer el subsecretario de Prensa del Gobierno de Manila, Honesto Isleta. La Embajada española declinó confirmar esta información y hablar de a quién se dirigía la petición. Mientras, mediadores del presidente Fidel Ramos abrieron ayer negociaciones con militares ultraderechistas autores de tres intentonas golpistas.

Se cumplen hoy siete días desde que varios hombres armados secuestraron a las hermanas Julia Foraster, de 65 años, y Fatima Uribarr...

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Los secuestradores en Filipinas de las dos carmelitas españolas exigen por su liberación un rescate de 138 millones de pesetas, según reveló ayer el subsecretario de Prensa del Gobierno de Manila, Honesto Isleta. La Embajada española declinó confirmar esta información y hablar de a quién se dirigía la petición. Mientras, mediadores del presidente Fidel Ramos abrieron ayer negociaciones con militares ultraderechistas autores de tres intentonas golpistas.

Se cumplen hoy siete días desde que varios hombres armados secuestraron a las hermanas Julia Foraster, de 65 años, y Fatima Uribarren, de 38, cuando disfrutaban de una jornada de descanso en una playa próxima a la leprosería de la isla de Sulu, donde trabajan desde hace varios años.En principio se pensó en un móvil económico; después, en un objetivo propagandístico, e Isleta aportaba ayer un dato que apunta a la obtención de botín como la razón fundamental de un delito perpetrado en Filipinas cerca de 400 veces en los últimos años. "Creo que piden 30 millones de pesos [138 millones de pesetas], pero creo que no puedo comentar más", manifestó el subsecretario de prensa a los medios de comunicación en Zamboanga, población situada en el sur de Manila.

Para no hacer peligrar las actuales negociaciones con los captores, se ha aplicado un bloqueo informativo que continuará en otros casos similares, indicaron fuentes oficiales. Nunca antes el Gobierno filipino había demostrado tanto interés en solucionar positivamente un caso de secuestro, y se están aprovechando todos los contactos posibles para que concluya pronto. Una senadora de origen musulmán, influyente en la comunidad de Sulu, viajó a la isla para participar en las negociaciones.

Los secuestradores pertenecen a un grupo escindido del movimiento musulmán independentista Frente de Liberación Moro, pero en el archipiélago actúan bandoleros que se proclaman rebeldes políticos y bandidos que colaboran con guerrillas insurgentes.

Fuentes policiales dijeron conocer el lugar donde las dos monjas sufren cautiverio, y aseguraron que se encuentran bien atendidas. Un jefe militar advirtió a los secuestradores que no maltraten a las carmelitas. "Si les hacen algún daño, les haremos tragar su propia medicina. No tendremos piedad", aseguró el teniente general Romeo Zulueta, del Comando Sur de las Fuerzas Armadas.

Por otra parte, la concesión de una amnistía general y la rehabilitación profesional eran dos aspectos fundamentales de las conversaciones entre el reaccionario Movimiento Reformista del Ejército, representado por el general de brigada Edgardo Abenina, y la Comisión Nacional de Unificación, organismo creado por Ramos y presidido por el catedrático de Derecho de la Universidad de Filipinas Alfredo Tadiar. El proceso negociador puede prolongarse dos o tres meses.

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El portavoz de los rebeldes proclamó que estan dispuestos a lograr sus objetivos. "Nuestros sueños no morirán", dijo. Su actual influencia en los cuarteles, sin embargo, no parece amenazar la democracia filipina. Tadiar declaró a la prensa que se reunían las dos partes para "cicatrizar una herida nacional". En la rebelión involucionista de 1989, la más grave, murieron más de un centenar de personas, y su principal inspirador, el coronel Gregorio Gringo Honasan pasó a la clandestinidad, en la que permaneció cuatro años hasta su comparecencia pública del 23 de diciembre último.

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