Cartas al director

A los Reyes del palacio de Oriente

Esta vez, Majestades, no os puedo dar las gracias por el inesperado regalo de Navidad que nos habéis traído a mí y a siete compañeros más. No sé si nos merecíamos esto o no, yo creo que más bien no. Habéis traído hasta el Palacio Real de Aranjuez unas no muy gratas cartas de despido a guías de museos del Patrimoio Nacional que desde hace más de un año vienen prestando servicio a. tiempo parcial explicando los palacios de, Aranjuez. Como siempre, nos toca a los más desprotegidos e indefensos pagar el pato.Mi caso es, además, muy curioso; hace un año y medio me hicieron un contrato a tiempo parc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Esta vez, Majestades, no os puedo dar las gracias por el inesperado regalo de Navidad que nos habéis traído a mí y a siete compañeros más. No sé si nos merecíamos esto o no, yo creo que más bien no. Habéis traído hasta el Palacio Real de Aranjuez unas no muy gratas cartas de despido a guías de museos del Patrimoio Nacional que desde hace más de un año vienen prestando servicio a. tiempo parcial explicando los palacios de, Aranjuez. Como siempre, nos toca a los más desprotegidos e indefensos pagar el pato.Mi caso es, además, muy curioso; hace un año y medio me hicieron un contrato a tiempo parcial, trabajando solamente los fines de semana, y me dijeron de palabra que íbamos a estar trabajando mucho tiempo, no se sabía cuánto, pero mucho. Por fin, desde hacía cuatro años, iba a tener la oportunidad de estudiar y prepararme definitivamente, pagándome los estudios de Turismo, que empecé confiado en el mes de octubre.

Termina mi contrato el 31 de diciembre, he enfermado con una profunda depresión nerviosa, tengo que dejar de estudiar, no me queda ni el paro, y además no voy a poder aportar dinero en casa, ya que la pensión de mi madre es de 50.000 pesetas.

Por todo ello, Majestades de Oriente, no puedo agradeceros vuestro regalo de Navidad y tampoco eso de que por lo menos me queda la salud. Seguramente mi caso no es comparable a los desastres, guerras y tragedias del mundo. Pero son mis desastres, mis guerras y mis tragedias, y a mí me importan mucho. Sólo quiero trabajar-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En