Ciencia de ida y vuelta

España estudia retirarse del CERN debido a los elevados costes

El Laboratorio Europeo de Física de Partículas, conocido también como Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), no ha sido siempre, desde que se fundó hace cuatro décadas, el mejor centro del mundo en esa especialidad de vanguardia científica. Ahora lo es. España ingresó en ese club científico en 1961, cuando cualquier puerta a Europa era aprovechable, pero en 1968, siendo ministro de Industria Gregorio López Bravo, con el argumento de que ese club era muy caro, se dio de baja. 1983: España regresa al CERN. 1993: el club es de nuevo muy caro y España puede volver a salir de él...

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El Laboratorio Europeo de Física de Partículas, conocido también como Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), no ha sido siempre, desde que se fundó hace cuatro décadas, el mejor centro del mundo en esa especialidad de vanguardia científica. Ahora lo es. España ingresó en ese club científico en 1961, cuando cualquier puerta a Europa era aprovechable, pero en 1968, siendo ministro de Industria Gregorio López Bravo, con el argumento de que ese club era muy caro, se dio de baja. 1983: España regresa al CERN. 1993: el club es de nuevo muy caro y España puede volver a salir de él.

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"Vamos mejorando; la otra vez estuvimos ocho años y ahora llevamos 10", ha comentado con mucha ironía un científico que sabe que España estudia en la actualidad retirarse debido a los elevados costes del proyecto.Seis universidades españoles y el Centro de Investigaciones Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) tienen actualmente grupos de trabajo participando en los experimentos del CERN, un laboratorio surgido para unir esfuerzos en un terreno que los países pequeños difícilmente pueden abordar en solitario y que a los grandes puede costarles demasiado. Unos 7.000 investigadores de todo el mundo, la mayoría europeos, utilizan actualmente el laboratorio, cuyo presupuesto anual es de 70.000 millones de pesetas. A España, según las cuotas establecidas en función del producto interior bruto, le toca pagar un 8%: unos 5.000 millones de pesetas.

España, manifestando un descontento por la alta cuota que paga al CERN y un deseo de cambiar sus normas de funcionamiento, ha dado un ultimátum a ese organismo la semana pasada. El hecho de que un ministerio (Industria) sea responsable de la contribución española al laboratorio y otro (Educación) lo sea de la política científica a seguir en el CERN, no ha facilitado el discurrir diplomático de los acontecimientos. "Me preocupan especialmente los perjuicios que puedan derivarse para la comunidad científica española", ha declarado Cayetano López, catedrático de Física y rector de la Universidad Autónoma de Madrid, que desde hace cuatro años ha representado a España en el CERN nombrado por el Ministerio de Educación.

Deuda española

La tormenta se venía fraguando hace meses, desde que España dejó de pagar su cuota en 1991 acumulando ya una deuda con el laboratorio de 7.000 millones de pesetas. Y estalló la semana pasada cuando Humberto Arnés, del Ministerio de Industria, asistió, por primera vez, como representante español en el Consejo del CERN, en sustitución de López. En su turno de intervención, Arnés afirmó que mientras no se revisen el sistema de cuotas. del laboratorio y sus normas de funcionamiento científico y económico, "... la cantidad contribuida por España no excederá de una tercera parte de la asignada por el sistema actual7. Asimismo, el delegado retiró la propuesta española para construir en su territorio, en colaboración con el CERN, un acelerador de partículas denominado "fábrica de taus". Mientras tanto, en Madrid, Elías Fereres, secretario de Estado para Universidades e Investigación, hablaba de aplazamiento del proyecto -que calificaba de interesante-, dada la presente situación económica.

"No nos vamos a ir del CERN; se trata de hacer presión para negociar una reducción de la cuota que estamos pagando"". ha declarado Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Educación, comentando la estrategia seguida ante el CERN, "Pero tampoco se trata de entrar como un elefante en una cacharrería", puntualizaba un alto funcionario de ese ministerio.

Por su parte, Industria afirma que no es cuestión suya decidir acerca de la permanencia de España en ese organismo. "Si dependiera sólo del interés industrial, no nos interesaría, pero está la cuestión del interés científico", según una fuente de ese ministerio. "El retorno científico que tiene España es mejor que el industrial", dice Rubalcaba.

"El nivel científico de la participación española en el CERN es muy bueno y hay que tener en cuenta que cuando un país se une al CERN el nivel científico es el primer criterio", explicaba William Mitchell, presidente del Consejo de ese organismo.

Lo que no mencionó Arnés ante sus colegas del Consejo del CERN es la deuda española. "Por supuesto que. vamos a pagar; es un compromiso asumido. El atraso de debe a falta de liquidez", decía una fuente de industria. "Sería mejor que el Ministerio de Asuntos Exteriores centralizase todas las contribuciones de este tipo que España hace por colaboraciones internacionales", comentó Fereres.

"Durante años, los europeos hemos utilizado los laboratorios norteamericanos y no nos han cobrado nada, seguimos haciéndolo y los usaremos en el futuro", dice Juan Antonio Rubio, físico español y asesor del director general del CERN, Carlo Rubbia. "Ahora que Europa está por delante de EE UU, no podemos cobrar tarifas. Con Japón, China y Canadá se están negociando acuerdos económicos y de equipos".

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