Escuela de viudas

"A él lo mataron aquí mismo, en el barrio. Ese día estaba dé descanso. Algo se rumoreaba en la calle, pero como en esta guerra hay tantos decires, pues no pensé que le iba a tocar. Ahora estoy sola, con dos niños pequeños".Marianella habla con pena de su reciente viudez en una heladería del vecindario, del que espera salir "lo más pronto posible", para salir del recuerdo permanente. Entre noviembre y lo que ya de diciembre, en Medellín, la cuna de los narcos más buscados, han sido asesinados 54 policías.

Dicen que según un plan secreto del narcotráfico la cuota de crímenes...

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"A él lo mataron aquí mismo, en el barrio. Ese día estaba dé descanso. Algo se rumoreaba en la calle, pero como en esta guerra hay tantos decires, pues no pensé que le iba a tocar. Ahora estoy sola, con dos niños pequeños".Marianella habla con pena de su reciente viudez en una heladería del vecindario, del que espera salir "lo más pronto posible", para salir del recuerdo permanente. Entre noviembre y lo que ya de diciembre, en Medellín, la cuna de los narcos más buscados, han sido asesinados 54 policías.

Dicen que según un plan secreto del narcotráfico la cuota de crímenes contra policías para el segundo semestre de este año es de 350. En 1990, en plena guerra narcoterrorista, cuando peor estaban las cosas, sólo mataron a 250.

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"Ahora, a las esposas de los agentes les hacemos cursos preventivos. Se les ofrecen programas de capacitación en confección, reparación de calzado y panadería. Tienen que estar preparadas por si el destino... para cuando les toque sostener a sus familias", asegura Isabel Cristina, jefa de Trabajo Social de la Policía Metropolitana.

A los cursos asisten también las viudas "que han empezado a superar la pena y ya tienen cabeza para pensar", dice Isabel Cristina con la frialdad que nace de la costumbre. La mitad de las viudas tiene alrededor de 20 y 21 años. "Es que el agente se casa muy joven; son muchachos que llegan del campo con mucha falta de afecto y después de un noviazgo corto resuelven casarse. A ellas se les advierte que esta vida es de sacrificio y que la viudez es un riesgo alto".

A pesar de todo, la mayoría de los pacientes que llegan a la consejería psicológica del programa para viudas no son mujeres, son niños; los hijos de los policías asesinados por los narcotraficantes o los guerrilleros. Son jóvenes difíciles en el trato. "Se les, nota la orfandaz, sobre todo en el bajo rendimiento escolar. Algunos, de tanto callar su ira se vuelven agresivos y la mayoría tiene pesadillas: sueñan que amanecen adultos y vengan la muerte de su papá".

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