LAS CUENTAS DE MADRID

La Comunidad mantiene en 130.000 millones su programa de inversiones

Los presupuestos de la Comunidad de Madrid para 1993 también están definidos, aunque su máximo responsable, el consejero socialista de Hacienda, Ramón Espinar, no los quiere dar a conocer todavía. Espinar ha adelantado que, pese a la crisis, no habrá recorte; que crecerán por encima del índice de precios al consumo; que el capítulo de ingresos corrientes se incrementará en un 18%, y que se mantendrá la capacidad del programa de inversiones, que se evalúa sobre los 130.000 millones de pesetas.

El consejero de Hacienda no quiso dar ayer cifras concretas globales, ni tampoco desglosadas po...

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Los presupuestos de la Comunidad de Madrid para 1993 también están definidos, aunque su máximo responsable, el consejero socialista de Hacienda, Ramón Espinar, no los quiere dar a conocer todavía. Espinar ha adelantado que, pese a la crisis, no habrá recorte; que crecerán por encima del índice de precios al consumo; que el capítulo de ingresos corrientes se incrementará en un 18%, y que se mantendrá la capacidad del programa de inversiones, que se evalúa sobre los 130.000 millones de pesetas.

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El consejero de Hacienda no quiso dar ayer cifras concretas globales, ni tampoco desglosadas por consejerías, sobre los próximos presupuestos de la Comunidad de Madrid, pero sí precisó su filosofía.Espinar señaló que "habrá una importante partida para actuar sobre el déficit sanitario" y también dos actuaciones claves en planes prioritarios: el de vivienda y el de inversiones para municipios.

El Insalud tiene una deuda con la Comunidad que se calcula en 30.000 millones de pesetas. El Estado, además, tampoco ha aportado los 10. 000 millones para el programa de barrios en remodelación de este año ni de los dos ejercicios anteriores, según ha denunciado Antonio Beteta, portavoz del Partido Popular en la comisión de presupuestos.

Ramón Espinar señaló que las aportaciones en subvenciones del Estado a la Comunidad de Madrid -incluidas las asumidas por ser también Diputación Provincial- se situarán en 1993 sobre los 72.000 millones de pesetas, unos 5.000 más que en 1992.

El consejero entiende que en épocas de crisis como la actual "hay que hacer un esfuerzo por dotar de capital social a las instituciones", y en Madrid, "el gasto social se cubrirá íntegramente".

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Las discusiones llegarán con las partidas previstas para colaborar en consorcios y organismos con las administraciones nacional y local. El Gobierno regional no sabe todavía cuánto dinero destinarán el Estado y el Ayuntamiento de Madrid para el plan de actuación en la zona sur aprobado por todos los partidos en la Asamblea en 50.000 millones de pesetas. La Comunidad dedicará 5.000 millones.

Espinar aseguró ayer, irónicamente, que en la promoción de los transportes públicos "se hará un esfuerzo muy especial, porque vamos a poner tanto dinero para el Metro y la Empresa Municipal de Transportes como ponga el Ayuntamiento, que es el socio con capital mayoritario en estas empresas

El Partido Popular, que gobierna el Ayuntamiento, debe al organismo que regula los transportes públicos en la región 6.013 millones, y a estas alturas todavía no ha clarificado cuál será su asignación este año -que pretende rebajar- ni si seguirá en este organismo en el futuro. Espinar habló ayer de "deslealtad institucional".

El consejero se enzarzó con el portavoz del PP sobre las repercusiones que la deuda acumulada por la Comunidad puede ocasionar en un futuro inmediato y sobre los orígenes de este endeudamiento.

Espinar estimó en 40.000 millones de pesetas la deuda que se generará en el próximo ejercicio, lo que significará una desaceleración del 33% o del 35% con respecto al crecimiento actual. El volumen de la deuda se elevará entonces hasta 250.000 millones.

Espinar reconoció que los intereses de la deuda más las amortizaciones se situarán en torno al 12% o el 13% de los ingresos corrientes.

Deuda acumulada

El portavoz del PP ofreció otra interpretación de los datos. Beteta se refirió a la deuda acumulada, la cifró en 1992 en 240.000 millones de pesetas y calculó el porcentaje sobre los ingresos ordinarios: 112%. El diputado conservador indicó que la cuarta parte de los ingresos previstos por la Comunidad el año que viene (el 25%) se recaudarán a través de operaciones de endeudamiento.

La autonomía se empeña a largo plazo

El predebate presupuestario de ayer tenía otro orden del día: la deuda acumulada del Comunidad. El PP la califica de "monumental". El consejero de Hacienda, Ramón Espinar, precisa que "el stock de deuda" a 15 de octubre es de 199.777 millones, reconoce que aumentará y que se situará en 1993 en 250.000 millones. Las cifras coinciden pero las posiciones políticas no. Beteta entiende que la deuda acumulada y los salarios de las empresas y entes públicos dejan a la Comunidad sin "margen real de maniobra" y obligada a una política restrictiva. Beteta culpa de la cuantía de la deuda "al despilfarro público en los altos cargos y en Telemadrid y a la parafernalia burocrática".Espinar considera el nivel de endeudamiento preocupante pero no alarmante". El -PSOE entiende que endeudarse es bueno e imprescindible por lo que significa: adelantar inversiones al futuro. El consejero sostiene que es conveniente, como sucede en las empresas privadas y públicas de todo el ámbito internacional, endeudarse en plazos dilatados de tiempo.

Espinar comentó que la estructura de la deuda de la Comunidad se puede demorar hasta el 2017 y manifestó: "Nos endeudamos para hacer escuelas infantiles, para que la zona sur tenga una universidad como la de Carlos III, para invertir en carreteras y para renovar el parque del metro y de los autobuses municipales". Sobre la gestión de Telemadrid, fue enigmático: "Tendrán que ajustar sus costes". No dijo más, aunque bromeó: "Para ello los consejeros podrían renunciar a sus dietas".

Beteta, consejero de Telemadrid, no aceptó el reto pero pidió que los altos cargos no sólo se congelasen este año sus sueldos sino que renunciasen a ellos. Los representantes del PSOE se indignaron ante esta propuesta porque significaría de hecho "el amateurismo y la degradación de la función pública".

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