El PSOE reconoce que se enfrenta al peor año electoral desde que llegó al Gobierno

El Gobierno y el PSOE afrontan el peor año electoral desde su llegada al poder en 1982, según reconocen miembros del Gabinete y de la dirección del partido al inicio del nuevo curso político. Con una "delicada" situación económica, en expresión reciente de Felipe González, y una creciente incertidumbre sobre los logros factibles a corto plazo en la unión económica y política europea, los socialistas atraviesan además un mal momento en cuanto a respaldo electoral. Según una encuesta del PSOE, las intenciones de voto auguran la pérdida de una quincena de diputados.

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El Gobierno y el PSOE afrontan el peor año electoral desde su llegada al poder en 1982, según reconocen miembros del Gabinete y de la dirección del partido al inicio del nuevo curso político. Con una "delicada" situación económica, en expresión reciente de Felipe González, y una creciente incertidumbre sobre los logros factibles a corto plazo en la unión económica y política europea, los socialistas atraviesan además un mal momento en cuanto a respaldo electoral. Según una encuesta del PSOE, las intenciones de voto auguran la pérdida de una quincena de diputados.

El Gobierno y el Partido Socialista reanudan la actividad política tras un verano en el que los Juegos Olímpicos han supuesto un éxito organizativo, pero en el cual ha surgido un nuevo escándalo -el caso Ollero- de presuntas corruptelas bajo el poder socialista. Si el vicepresidente Narcís Serra ha visto aumentar su protagonismo político, como uno de los coordinadores de los Juegos y representante del presidente del Gobierno en la clausura, Manuel Chaves -otro amigo de González y prestigioso dirigente del PSOE- ha visto dañada su gestión como presidente de Andalucía. En contra de su propósito inicial, tuvo que aceptar la dimisión del director general de carreteras de la Junta, Manuel Ollero, tras ser detenido su hermano Jorge con 22 millones de pesetas, procedentes de una comisión ilegal.Destacados guerristas han propagado durante el verano la especie de que González piensa seriamente en dejar la presidencia del Gobierno, aunque no la secretaría general del PSOE. Según un dirigente muy próximo a Guerra que ha conversado recientemente con González, éste rechaza aumentar su presencia en actos públicos porque no quiere estimular el compromiso político que esos contactos generan.

Ese rumor sobre la renuncia del líder socialista carece de fundamento, además de ser interesado, a juicio de otros dirigentes socialistas, en particular los renovadores, identificados con la política de González. Este ha mantenido, por su parte, la incertidumbre sobre si se presentará a la reelección.

El fuerte recorte en los gastos e inversiones públicas que sufrirán los Presupuestos Generales del Estado para 1993 y la importante pérdida de votos socialistas que detectan los propios sondeos del PSOE auguran un fuerte debate en la cúpula del Partido Socialista.

Un destacado miembro socialista de la Comisión de Presupuestos del Congreso reconocía ayer que el Gobierno y el PSOE se enfrentan a un bajón de la economía como no habían conocido desde 1982 "Antes de las elecciones de 1986, empezábamos a salir de la crisis, y antes de las de 1985 estábamos en plena expansión", relataba ayer este parlamentario para resaltar el sombrío panorama electoral.

Según análisis realizado, por los expertos del PSOE hace un mes, este partido perdería una quincena de escaños en el Congreso si las intenciones declaradas por los ciudadanos se plasmaran en papeletas de voto. Buena parte de los antiguos votantes socialistas optar por la abstención, y una parte también muy significativa se inclina a favor de IU.

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Trasvase de votos

Según un destacado guerrista, el trasvase de votos socialistas hacia Izquierda Unida podía situar ahora mismo a esta coalición en una treintena de diputados. Una afirmación que sirve a los seguidores de Alfonso Guerra para reclamar una política más sesgada hacia la izquierda. E incluso para advertir que si Felipe González renunciara a presentarse a la reelección el sustituto debería ser alguien que atrajera votos por la izquierda. Lo que, según su lógica, conseguiría Guerra. Por el contrario, otros dirigentes, que han ocupado cargos gubernamentales, advierten que es indispensable atraer a los votantes con posiciones centristas.

Las dificultades económicas que ahora amenazan el avance en la unión europea preocupan al PSOE, porque el partido "ha puesto toda su estrategia bajo ese paraguas". Los principales mensajes políticos de González en los últimos meses han consistido en apostar por la presencia de España entre los países más saneados de la CE.

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