Fantasmas y secretarias indiscretas

Se estrecha el cerco al presidente brasileño, amenazado con un juicio en el Parlamento

La historia de fantasmas, secretarias indiscretas y lavado de dólares que amenaza el mandato del presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, llega a su fase final en la comisión parlamentaria que investiga la corrupción. Los legisladores del partido del Gobierno admiten resignados que el juicio político para destituir al jefe del Estado será inevitable, cuando la comisión presente su informe dentro de dos semanas. Entre tanto, el vicepresidente, Itamar Franco, ha salido de su retiro y aparece casi diariamente en la prensa, como si se preparara a recoger el testigo.

El escándalo, que...

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La historia de fantasmas, secretarias indiscretas y lavado de dólares que amenaza el mandato del presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, llega a su fase final en la comisión parlamentaria que investiga la corrupción. Los legisladores del partido del Gobierno admiten resignados que el juicio político para destituir al jefe del Estado será inevitable, cuando la comisión presente su informe dentro de dos semanas. Entre tanto, el vicepresidente, Itamar Franco, ha salido de su retiro y aparece casi diariamente en la prensa, como si se preparara a recoger el testigo.

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El escándalo, que está paralizando la economía brasileña y haciendo tambalearse al Gobierno, estalló a finales de mayo pasado, cuando el hermano menor del presidente, Pedro Collor de Mello, afirmó públicamente que el millonario Paulo César Farías amasó su cuantiosa fortuna extorsionando a empresarios y practicando el tráfico de influencias en nombre del actual jefe de Estado, desde los tiempos en que éste era gobernador del Estado de Alagoas.Pedro Collor de Mello afirmó que Farías presumía de su amistad con el presidente para condicionar la concesión de obras públicas o incluso amenazar a los empresarios con llevarles a la quiebra si no le pagaban las abultadas comisiones que él exigía. Farías se embolsaba el 30% del dinero así obtenido y entregaba al presidente el 70% restante, dijo Pedro Collor de Mello. Éste se retractó pocos días después por lo que se refiere a las acusaciones contra su hermano, pero la opinión pública ya había obligado al Congreso a movilizarse. A los pocos días, una comisión parlamentaria empezó a investigar las actividades ilícitas de Farías.

Un chófer que estuvo al servicio de la secretaria particular de Collor, Ana Acioli, denunció ante la prensa que muchas veces tuvo que ir a buscar cheques y paquetes de dólares en una empresa de Farías, para entregarlos a su jefa.

Al examinar la cuenta corriente de la secretaria de Collor, los legisladores descubrieron que ésta, que gana el equivalente a 400 dólares mensuales, depositaba hasta 53.000 dólares al mes en la cuenta particular de Rosane Collor para sus gastos personales.

Ana Acioli recibía la mayor parte de aquellos generosos recursos de misteriosos depositantes, que se presentaban en los bancos con documentos de identidad falsos. Estos mismos donantes, a quienes la prensa bautizó como "fantasmas", costearon en 1990 reformas por valor de cerca de un millón de dólares en la mansión particular del presidente en Brasilia. Estudios grafológicos posteriores demostraron que los generosos fantasmas eran el piloto Jorge Bandeira, socio de Farías en la empresa de taxis aéreos Brasiljet, y Rosenete Melanias, secretaria de esa empresa.

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Para justificar los gastos del presidente, su ex secretario particular Claudio Vieira declaró ante la comisión investigadora que en 1989 contrató en Uruguay un crédito de cinco millones de dólares con siete años de carencia, con la garantía de Collor de Mello y de dos empresarios de Brasilia.

El golpe de gracia lo dio la secretaria del poderoso empresario Alcides Diniz, Sandra Fernandes Oliveira, quien dijo a la comisión investigadora que el crédito de 1989 en realidad fue ideado el mes pasado en la empresa de Diniz en Sáo Paulo.

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