Reportaje:

La Comunidad condiciona la ampliación de Barajas a que se cree un pulmón verde de 1.500 hectáreas

La creación de un parque de 1.500 hectáreas, 13 veces más grande que el del Retiro, es úna de las condiciones planteadas por la Comunidad de Madrid para la reforma urbanística que acompañará a la ampliación del aeropuerto de Barajas. En torno a este suelo rústico se registran fuertes tensiones especulativas. Al mismo tiempo, la aparición de nuevos polos de actividad económica -uno de oficinas y otro industrial a pie de aeropuerto- exigirá la apertura de dos autopistas.

La Comunidad de Madrid quiere aprovechar la proyectada ampliación del aeropuerto de Barajas para acometer una gran refo...

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La creación de un parque de 1.500 hectáreas, 13 veces más grande que el del Retiro, es úna de las condiciones planteadas por la Comunidad de Madrid para la reforma urbanística que acompañará a la ampliación del aeropuerto de Barajas. En torno a este suelo rústico se registran fuertes tensiones especulativas. Al mismo tiempo, la aparición de nuevos polos de actividad económica -uno de oficinas y otro industrial a pie de aeropuerto- exigirá la apertura de dos autopistas.

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La Comunidad de Madrid quiere aprovechar la proyectada ampliación del aeropuerto de Barajas para acometer una gran reforma urbanística del extremo noreste de Madrid. Ante todo, el Ejecutivo regional vincula las operaciones de recalificación de suelo a la creación de un parque de 1.500 hectáreas -la Casa de Campo tiene 1.700, y el Retiro, 120- en la zona conocida como Valdebebas. Esta mancha verde tendría su prolongación natural en el recién inaugurado parque del Olivar de La Hinojosa (220 hectáreas).Los vecinos del distrito de Hortaleza obtuvieron, antes de las pasadas elecciones locales, un compromiso de los portavoces municipales del PSOE, Juan Barranco, y de Izquierda Unida, Francisco Herrera, para la creación de la Casa de Campo del este. La Comunidad también se adhirió al acuerdo.

De otro lado, la reforma urbanística del entorno del aeropuerto prevé la apertura de una autovía que enlace el nuevo ensanche del norte de la ciudad -los barrios que surgirán en el interior del trazado norte de la M-40- con Barajas y el corredor del Henares. Esta vía, denominada en principio eje Castellana-Barajas-M-50, discurrirá entre las urbanizaciones de lujo del área de La Moraleja y el nuevo parque de Valdebebas.

El vial permitirá un acceso directo a las nuevas terminales del aeropuerto, y evitará que sus instalaciones actúen como un tapón para el desarrollo del área metropolitana. Así, está previsto que la autovía atraviese en túnel bajo las pistas de Barajas, para conectar con la M-50, nueva penetración a Madrid desde la autovía de Aragón.

Canal del Jarama

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Entre otras actuaciones urbanísticas, la Comunidad de Madrid prevé la canalización de un tramo del Jarama, necesaria para evitar que las avenidas produzcan inundaciones en la nueva pista de Barajas, que se construirá en las inmediaciones del cauce, y para reducir la formación de bancos de niebla en los meandros del río.La obra también será aprovechada para crear un lago destinado a la práctica del remo. Un proyecto similar, previsto en el curso bajo del río Manzanares, entre los términos municipales de Madrid y Getafe, quedó descartado tras el trazado de la línea férrea del AVE.

En la operación de reforma de los alrededores de Barajas se ha diseñado también la conexión de una autovía entre los recintos feriales y las oficinas del Campo de las Naciones y la carretera de Burgos, para ofrecer otra salida desde la M-40 hasta el futuro quinto cinturón (M-50). Además, en San Fernado de Henares (25.000 habitantes, a 17 kilómetros al este de Madrid) se instalará una zona industrial y un parque de empresas al servicio del aeropuerto de Barajas.

El proyecto de ampliación, que previsiblemente va a ser aprobado este mismo mes por el Consejo de Ministros, ha recibido duras críticas desde el sindicato de pilotos SEPLA, que rechaza su diseño y pide que el aeropuerto de Madrid se traslade a Torrejón de Ardoz. La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid también, ha denunciado "los insoportables niveles de ruido" que la nueva terminal aérea va a generar sobre un área poblada por medio millón de habitantes.

Sin embargo, en la Comunidad de Madrid se destaca que las competencias para decidir la orientación de las pistas y los niveles de contaminación acústica del aeropuerto corresponden al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

Lo que sí se atribuye el Gobierno regional es el nuevo dogma de fe para los promotores inmobiliarios, al menos para la presente década: "La M-40 será el límite de crecimiento de la ciudad". Así lo define el director de la Oficina de Planeamiento Territorial de la Comunidad, José María Ezquiaga. La Comunidad ha abierto la puerta a las recalificaciones de suelo en la zona norte de la capital y se dispone a autorizar "incrementos de edificabilidad" -que se puedan construir más pisos en la misma parcela- en los grandes polígonos de sur de Madrid. El Ayuntamiento de Madrid se ha apresurado a aceptar esta propuesta de ensanche de la ciudad.

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