Nadie rectificó

La investigación del fraude de miles de votos por correo cometido en varias provincias ha cumplido un año, y tiene su punta de lanza: en Madrid merced al impulso del juez Rafael Mozo. En otras provincias, como Salamanca, el caso fue archivado porque sólo se comprobó el desvío de papeletas por "error". Curiosamente, los errores han sido similares en lugares muy distantes entre sí, y siempre con votos que se gestionaron en sedes del Partido Popular. Una prueba es la investigación de Palencia, donde el fiscal ha actuado ya contra dos miembros del PP.

El presidente de este partido en Ma...

La investigación del fraude de miles de votos por correo cometido en varias provincias ha cumplido un año, y tiene su punta de lanza: en Madrid merced al impulso del juez Rafael Mozo. En otras provincias, como Salamanca, el caso fue archivado porque sólo se comprobó el desvío de papeletas por "error". Curiosamente, los errores han sido similares en lugares muy distantes entre sí, y siempre con votos que se gestionaron en sedes del Partido Popular. Una prueba es la investigación de Palencia, donde el fiscal ha actuado ya contra dos miembros del PP.

El presidente de este partido en Madrid calificó de "maniobra del PSOE y sus adláteres" las informaciones según las cuales la firma del notario Alberto Ballarín había sido falsificada.

La comprobación del propio notario ante el juez dejó en ridículo tales argumentos. Y aún se añadieron otros datos. Por ejemplo, el caso de los hermanos Juste. Pablo Juste presidía una mesa electoral y vio con asombro que entre los votos por correo que debía examinar estaba el suyo, cuando él había decidido abstenerse. Y el de su hermano, que se encontraba en Guinea y cuya documentación llegaba desde la sede del PP. El apoderado que les suplantó gestionó también varios miles de votos más con la firma de Ballarín.

Y hasta el momento, el PP de Madrid no ha rectificado su primera interpretación de los hechos.