Tribuna:

El síndrome de Oporto

Los ministros de Finanzas de la Comunidad Europea justificaron el pasado fin de semana en Oporto la política de tipos del Bundesbank y la restricción presupuestaria del Gobierno de Bonn, argumentó Helmut Schlesinger, presidente del banco emisor alemán. La Bolsa de Francfort había acudido con disciplina a la cita. Tomó un relevo fulgurante con alzas desde los primeros compases que fueron seguidas por los mercados españoles hasta donde alcanzó la justificación de los ministros y la inercia de las posiciones tomadoras al cierre del pasado viernes. Otras consecuencias de la cumbre de Portugal esta...

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Los ministros de Finanzas de la Comunidad Europea justificaron el pasado fin de semana en Oporto la política de tipos del Bundesbank y la restricción presupuestaria del Gobierno de Bonn, argumentó Helmut Schlesinger, presidente del banco emisor alemán. La Bolsa de Francfort había acudido con disciplina a la cita. Tomó un relevo fulgurante con alzas desde los primeros compases que fueron seguidas por los mercados españoles hasta donde alcanzó la justificación de los ministros y la inercia de las posiciones tomadoras al cierre del pasado viernes. Otras consecuencias de la cumbre de Portugal estaban destinadas a decidir, mediada la sesión, el listón de las cotizaciones. La animación financiera de un lunes expansivo se fue apagando al compás de las grandes incertidumbres debatidas en la reunión ministerial: crecimiento sin inflación, mayor flexibilización de los mercados de trabajo y supresión de los privilegios de los países con un déficit público monetarizado en exceso.Una tercera hipótesis destelló desde media sesión en las pantallas de los operadores: un posible rebote inflacionario asoma en los pronósticos del IPC de abril. Ahí acabó todo.

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