La mitad de la fuerza laboral de América Latina trabaja en la economía sumergida

Uno de cada dos trabajadores de América Latina desempeña su función en la economía sumergida, que incluye a los independientes, las microempresas y el servicio doméstico. En 1990, el 53% del empleo urbano, 62 millones de personas, estaba ocupado en el sector secundario, según un informe dado a conocer el viernes en Santiago por el Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC), de la OIT.En 1980, en cambio, la economía sumergida tenía el 40% del empleo urbano en América Latina y 33 millones de trabajadores. La expansión de este sector, llamado "informal" en el informe, h...

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Uno de cada dos trabajadores de América Latina desempeña su función en la economía sumergida, que incluye a los independientes, las microempresas y el servicio doméstico. En 1990, el 53% del empleo urbano, 62 millones de personas, estaba ocupado en el sector secundario, según un informe dado a conocer el viernes en Santiago por el Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC), de la OIT.En 1980, en cambio, la economía sumergida tenía el 40% del empleo urbano en América Latina y 33 millones de trabajadores. La expansión de este sector, llamado "informal" en el informe, ha ocasionado "una pérdida notoria de productividad" señaló el economista argentino Víctor Tokman, director del PREALC.

Durante la crisis de las economías latinoamericanas en la década anterior las empresas gran des y el sector público perdieron importancia como fuentes de absorción de mano de obra. La oferta de nuevas ocupaciones quedó centrada en las empresas pequeñas, las actividades sumergidas y el servicio doméstico. Una parte de los empleos en este sector son de mala calidad y bajos ingresos, señaló Tokman.

Deterioro del salario mínimo

El informe distingue otras tres características del empleo y los salarios en América Latina en 1991 respecto de 1980: un deterioro del salario mínimo, una disminución del desempleo y una evolución muy desigual en la desocupación entre los países.El salario mínimo real en América Latina, que se redujo paulatinamente durante la década pasada, fue en 1991 un tercio menor que 11 años atrás. En la actualidad es equivalente a 88 dólares mensuales. La erosión más violenta ocurrió en Perú, donde en 1991 representó apenas el 15% del vigente en 1980.

En Guatemala, México, Bolivia, Brasil y Uruguay, el salario mínimo real tuvo en el mismo periodo pérdidas entre el 40% y el 60%. Esto se debe a las políticas restrictivas, al aumento de la inflación y al abandono de hecho, en varios países, de las políticas de fijación del salario mínimo.

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