Rusia y Ucrania concluyen las negociaciones sobre la flota del mar Negro sin alcanzar un acuerdo

Las delegaciones de Rusia y Ucrania, reunidas durante dos días en la ciudad portuaria de Odessa, no llegaron finalmente a ningún acuerdo concreto en torno a la flota del mar Negro y se limitaron a encargar a "grupos de trabajo" que "elaboren los principios" de un futuro convenio entre ambos países. Las dos partes decidieron simplemente volverse a reunir a mediados del mes próximo en el enclave turístico ruso de Dagomís y se comprometieron a no tomar decisiones unilaterales que puedan empeorar aún más la situación, según un comunicado conjunto distribuido tras la reunión.El problema de la f...

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Las delegaciones de Rusia y Ucrania, reunidas durante dos días en la ciudad portuaria de Odessa, no llegaron finalmente a ningún acuerdo concreto en torno a la flota del mar Negro y se limitaron a encargar a "grupos de trabajo" que "elaboren los principios" de un futuro convenio entre ambos países. Las dos partes decidieron simplemente volverse a reunir a mediados del mes próximo en el enclave turístico ruso de Dagomís y se comprometieron a no tomar decisiones unilaterales que puedan empeorar aún más la situación, según un comunicado conjunto distribuido tras la reunión.El problema de la flota del mar Negro, por tanto, queda congelado dos o tres semanas más, a la espera de que unos indeterminados grupos de trabajo elaboren propuestas y, sobre todo, de que los presidentes Borís Yeltsin y Leonid Kravchuk, ruso y ucranio, respectivamente, puedan alcanzar un acuerdo político, aprovechando la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que se celebrará el próximo día 15 en Tashkent.

"Se ha puesto de manifiesto un punto de vista común en el sentido de que ninguna de las partes llevará a cabo iniciativas que puedan entorpecer el normal desarrollo de las funciones de la flota", afirmó Yuri Yárov, presidente de la delegación rusa, al término de las conversaciones. Vasili Durdínets, que encabezó la delegación ucrania, también tuvo unas palabras de acercamiento al subrayar que "mantener relaciones amistosas con Rusia es una de las prioridades de la política exterior de su país.

Pero estas palabras no pudieron ocultar la tensión latente entre ambos, que no se dirigieron la palabra en momento alguno de la conferencia de prensa.

El dirigente ucranio, consciente de que la negociación había conducido a unos resultados muy por debajo de lo previsto, quiso subrayar que la cuestión de la flota "y la serie de problemas vinculados a ella" son complejos y "no pueden ser resueltos en una reunión". Durdínets insistió en que no todo se reduce "a un simple reparto de barcos".

El mismo día que comenzaron las negociaciones, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI, Yevgueni Sháposhnikov, volvió a poner sobre el tapete que la Armada consideraba que a Ucrania no debía ser transferido más del 20% de los efectivos, formados por tres centenares de buques y más de 200 aviones y helicópteros.

El presidente ucranio ha apuntado en alguna ocasión que podría conformarse con el 30%. El problema, sin embargo, se complica al tener que incluir los acuerdos un pacífico convenio específico sobre la utilización de puertos ucranios por parte de los barcos que sigan bajo el mando de la CEI, así como el destino de los aeródromos de la aviación. Todo ello sin contar que el próximo martes el Parlamento de Crimea -la península en la que se encuentra la mayor parte de las bases de la flota en litigio, debe decidir sobre la convocatoria de un referéndum de independencia.

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La delegación ucrania, según el comunicado conjunto, entregó a la rusa una resolución adoptada por el Parlamento de Kiev esta misma semana en la que éste se muestra a favor de que el mar Negro se convierta en zona desnuclearizada.

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