El FMI rebaja a la mitad las previsiones de crecimiento mundial para 1992 hechas en octubre

La economía mundial tuvo un crecimiento negativo del 0,3% en 1991 y tan sólo podrá crecer un 1,4% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su informe semestral presentado ayer en Washington, días antes de la reunión de primavera, el FMI confirma la recesión y rebaja a la mitad la previsión de aumento del Producto Interior Bruto (PIB) para el conjunto de la economía mundial, realizada en octubre pasado. Los expertos M Fondo retrasan, una vez más, las perspectivas de salida de la crisis e insisten en que el déficit: público de la mayoría de los países desarrollados es el princi...

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La economía mundial tuvo un crecimiento negativo del 0,3% en 1991 y tan sólo podrá crecer un 1,4% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su informe semestral presentado ayer en Washington, días antes de la reunión de primavera, el FMI confirma la recesión y rebaja a la mitad la previsión de aumento del Producto Interior Bruto (PIB) para el conjunto de la economía mundial, realizada en octubre pasado. Los expertos M Fondo retrasan, una vez más, las perspectivas de salida de la crisis e insisten en que el déficit: público de la mayoría de los países desarrollados es el principal obstáculo para conseguir un crecimiento sostenido y no inflacionario.

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ENVIADO ESPECIAL,Una vez más, los gurús del FMI han tenido que revisar sus previsiones económicas seis meses después de haberlas hecho públicas. Y también una vez más, este organismo internacional ha utilizado el sistema de retrasar la predicción de salida de la crisis por lo menos un año, obligado por la tozudez de los resultados. El optimismo matizado de la anterior reunión de octubre en Bangkok, ha tenido que dar paso a un cierto pesimismo en el corto plazo. Eso muestra, por lo menos, el cuadro de previsiones presentado ayer por Michael Mussa, director del departamento de investigación del FMI. El informe del FMI hace varias menciones expresas a la economía española, que analiza conjuntamente con la italiana, portuguesa y griega. A su juicio, es previsible un crecimiento muy moderado en estos países, aunque con capacidad para crear algo de empleo, y un mantenimiento de las tensiones inflacionistas a corto plazo.

Según las nuevas predicciones de este organismo, la economía mundial tuvo un comportamiento negativo durante el pasado ejercicio, a pesar de que hace apenas seis meses consideraban que el último trimestre del año podría corregir la tendencia.

Recesión de EE UU

Sin embargo, los datos muestran una evolución. del PIB del 0,3% para el conjunto de la economía mundial. La principal razón para ello ha sido, sin duda, la recesión de Estados Unidos (-0,7%), que no pudo ser compensada con el fuerte crecimiento de Japón (4,5%), el moderado aumento de la Comunidad Europea (0,8%) o el relanzamiento de los países en vías de desarrollo (3,3%). La cifra global no recoge los malos resultados de los estados del Este de Europa y la antigua Union Soviética, cuyas economías cayeron un 16,9%. Ante esos malos resultados del pasado ejercicio, el FMI ha optado por revisar a la baja las previsiones de crecimiento para el presente año. De esta forma, el 2,7% de aumento del PIB mundial previsto en octubre se queda ahora en casi la mitad (1,4%), con especial incidencia en los países industrializados y, sobre todo, en Estados Unidos.

Los estados comunitarios podrían crecer en torno al 1,8% (frente al 2,3% previsto en octubre) y Japón se mantendría en un 2,2%. Por el contrario, los países en vías de desarrollo podrían crecer más de lo previsto hace seis meses.

A pesar de esa fuerte rebaja de las previsiones en el corto plazo, el FMI mantiene un cierto optimismo para 1993, y apunta un crecimiento de la economía mundial del 3,3%.

Las razones para este nuevo optimismo son cuatro: las reducciones de tipos de interés ya iniciadas en Estados Unidos, Japón y el Reino Unido; la carencia de problemas de oferta, la desaparición de algunas incertidumbres políticas mundiales, y los efectos de las políticas de ajuste llevadas a cabo por muchos países en vías de desarrollo y que ahora están dando sus frutos. A juicio de Mussa, estas cuatro razones diferencian esta crisis económica de las dos anteriores (1974-75 y 1980-82) y concluye que muy pronto se producirá el relanzamiento.

A pesar de ese optimismo en el medio plazo, los expertos del FMI insisten en que todavía existen algunos problemas estructurales que dificultan la recuperación. Insisten, en este sentido, en el excesivo peso del sector público en la mayoría de los países industrializados.

" Los grandes déficits públicos estructurales constituyen el obstáculo más importante para conseguir un crecimiento sostenido y no inflacionario en el medio plazo", dice el documento presentado ayer. También hace referencia a los acuerdos sobre convergencia económica adoptados en la cumbre de Maastricht y en los efectos positivos que podrían tener sobre el ajuste de los países de la CE. Aunque añade que muchos de los estados pequeños tendrán serios problemas para lograr ese ajuste. y destaca los efectos de la unión alemana sobre el aumento del gasto público en ese país, que no ha podido asumir el papel de locomotora europea.

Respecto a las tensiones inflacionistas, el documento vuelve a incidir en el excesivo peso del gasto público, aunque se muestra algo, optimista por los efectos de los ajustes ya realizados y por el inicio de la reducción de tipos de interés.

La institución insiste en mantener políticas monetarias de contención, "para evitar un desbordamiento de las disponibilidades líquidas, como ocurrió en las dos crisis anteriores". También en este contexto, el informe hace una mención especial a la necesidad de llegar a un acuerdo rápido respecto al comercio mundial y los problemas para cerrar las negociaciones de la Ronda Uruguay.

Las mayores dosis de optimismo del informe de primavera del FMI se refieren a la evolución de los países en vías de desarrollo. En este sentido, los expertos del fondo indican que ya ha comenzado la recuperación económica, después de largos años de ajuste. Además de los avances conseguidos en Latinoamérica, Asia y África, el documento se refiere al relanzamiento de los estados de Oriente Medio, una vez superada la crisis del Golfo Pérsico y cifra el crecimiento de esta zona en el 15% para 1992.

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