La mitad de los bares inspeccionados tiene los lavabos en malas condiciones higiénicas

Sin ventilación, sin secadores, sin jabón dosificado y sin papel higiénico hay muchos retretes de bares en Madrid. Los encharcados, y no de agua, también abundan. La mitad de los bares no cumplen la normativa en cuanto a la higiene de sus lavabos, según se desprende de las inspecciones que realizó el Ayuntamiento en el último semestre del año pasado. En el año en que concurren grandes acontecimientos turísticos, la imagen que ofrece Madrid en su red de hostelería no es la de una ciudad limpia, aunque la huelga de centros públicos haya terminado.

De los 812 establecimientos inspeccio...

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Sin ventilación, sin secadores, sin jabón dosificado y sin papel higiénico hay muchos retretes de bares en Madrid. Los encharcados, y no de agua, también abundan. La mitad de los bares no cumplen la normativa en cuanto a la higiene de sus lavabos, según se desprende de las inspecciones que realizó el Ayuntamiento en el último semestre del año pasado. En el año en que concurren grandes acontecimientos turísticos, la imagen que ofrece Madrid en su red de hostelería no es la de una ciudad limpia, aunque la huelga de centros públicos haya terminado.

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De los 812 establecimientos inspeccionados por el Ayuntamiento, el 46% de ellos no ofrece unos servicios higiénicos adecuados: o no se hallan en buen estado de conservación o no disponen de los útiles que exige la ley.La normativa al respecto prohíbe, por ejemplo, los secadores y jabones que no sean individuales y dosificados. Nada, pues, de toallas o pastillas de jabón.

Por poner unos ejemplos, en la calle de Toledo, hay cuatro bares sin toallas, ni jabón, ni papel. Dos de ellos, el Remos y el Colima, sólo tienen urinario, nada de tazas. Los otros dos, el Onis y el Toñi, además de presentar el mismo estado de suciedad, tampoco tienen secadores, ni toallas, ni jabón.

Algunos restaurantes más famosos, como el de La Cruzada (calle de la Amnistía), donde se provocó durante un almuerzo la última crisis del PSOE, tampoco se han molestado en comprar una tapa para la taza. En los locales nocturnos de moda, como Hanoy, Vaivén o Impacto, los servicios no tienen ventilación.

El concejal de Salud, Simón Viñals, reconoce que si quisiera podría cerrar muchos bares por el descuido de sus retretes. Sin embargo, Viñals prefiere "amenazarlos" antes que sancionar o cerrar.

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La lista de bares que incumplen la normativa se extiende también a los lugares más turísticos. El bar Romar, frente al Museo del Prado tampoco dispone de papel, jabón, ni toalla. Para el responsable municipal de Consumo, Juan Ignacio Rojas, la situación no es tan mala. "Usted me puede decir tal bar en tal calle tiene unos lavabos muy sucios", dice, "pero a cambio yo le puedo mencionar cuatro que se encuentran bien".

Pero el hecho de que haya más locales limpios que sucio, no es nada tranquilizador, dado que la proporción de locales que incumplen la ley se mantiene y no mejora. Eso queda demostrado tras comparar la campaña de inspecciones que realizó el Ayuntamiento en el primer semestre del año pasado con la del último informe. Los más sucios e infractores fueron los bares en los que no se sirven alimentos.

En cuanto a los bares con servicio de comida, la situación mejora notablemente. Tanto es así que los que presentan unos servicios en mal estado higiénico sobre un sondeo de 532 locales representan sólo el 28%. Los locales que disponen de categoría de restaurante resultan los que más limpios presentaron sus lavabos.

No obstante, las sanciones nunca serán mayores de 25.000 pesetas, y en muchos casos se pasan por alto. El director de Servicios de Consumo en el Ayuntamiento dice que hay que ser flexibles con los propietarios porque a veces apenas tienen dinero para reformar los retretes.

Un portavoz de la Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU) asegura que a su organización llegan numerosas quejas de clientes indignados porque los dueños de muchas gasolineras se niegan a proporcionar papel.

Por supuesto, casi ninguno de los restaurantes y bares de la ciudad dispone de máquinas que expenden fundas de papel de un sólo uso para colocar en la taza. Eso, en oposición a los locales de otras ciudades europeas, en la capital de España parece todavía un utensilio extraído de un relato de ciencia ficción.

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