La Infantería de Marina de la CEI cerca la base naval de Sebastópol, en el mar Negro

Las difíciles relaciones entre Rusia y Ucrania subieron de tono ayer cuando la Infantería de Marina de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) cercó la base naval de Sebastópol para proteger los almacenes y arsenales de las instalaciones militares. Mientras, en Moscú, en el seno del Congreso de los Diputados del Pueblo, la oposición logró introducir una propuesta para que le sean retirados al presidente Borís Yeltsin sus poderes extraordinarios, que le permiten gobernar por decreto y modificar su Gobierno sin dar cuenta al Parlamento.

Las relaciones de Rusia con Ucrania han sufrido...

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Las difíciles relaciones entre Rusia y Ucrania subieron de tono ayer cuando la Infantería de Marina de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) cercó la base naval de Sebastópol para proteger los almacenes y arsenales de las instalaciones militares. Mientras, en Moscú, en el seno del Congreso de los Diputados del Pueblo, la oposición logró introducir una propuesta para que le sean retirados al presidente Borís Yeltsin sus poderes extraordinarios, que le permiten gobernar por decreto y modificar su Gobierno sin dar cuenta al Parlamento.

Las relaciones de Rusia con Ucrania han sufrido un nuevo agravamiento por el conflicto de la flota del mar Negro, que entró ayer en el ámbito del enfrentamiento personal. Una vez emitido el decreto por el que Rusia se hacía cargo el martes de la unidad, su comandante, el almirante Igor Kasatónov, destituyó al jefe de la base naval de Crimea, contralmirante Borís Kozhin, y a otros 16 oficiales que se habían puesto del lado de las autoridades ucranias, y envió a un grupo de oficiales de su confianza para hacerse cargo de dicha base.Inmediatamente después, el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, nombró al contralmirante Kozhin comandante en jefe de la Armada de su país, al tiempo que el Parlamento de Kíev se reunía para hacer una valoración de la crisis. Kravchuk ha solicitado una reunión con Yeltsin para tratar de resolver el problema al máximo nivel.

El comandante en jefe de la Armada de la CEI, almirante Vladímir Chernavin, se trasladó por la mañana a Sebastópol -el puerto de Crimea donde se encuentra el Estado Mayor de la flota del mar Negro- para hacerse cargo de la situación. Esta poderosa unidad está formada por unos 300 barcos, de los cuales la mitad son buques de combate, algunos de los cuales tienen capacidad nuclear. También pertenecen a esta flota unos 250 aviones de combate. Tropas de la infantería de marina de la CEI cercaron las instalaciones para protegerlas, según informó ayer el servicio de prensa de la flota.

Otro delicado incidente que tuvo a la Armada como protagonista se desarrolló ayer en Lituania, donde fue detenido por las autoridades locales el coronel Iván Chernij, acusado de haber colaborado con los golpistas en agosto. El presidente lituano, Vitautas Lansdberguis, anunció que el militar sería liberado tras ser sometido a un interrogatorio.

Mijaíl Gorbachov, ex presidente de la extinta Unión Soviética, también fue interrogado ayer en Moscú. En su caso se trata de las diligencias que se siguen por las supuestas irregularidades financieras en el seno del desaparecido Partido Comunista.

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Congreso rebelde

En las sesiones del Congreso de los Diputados del Pueblo en Moscú, la oposición introdujo una propuesta que recortará los poderes extraordinarios de Yeltsin, dentro del proyecto oficial sobre la reforma económica que será votada hoy. De aprobarse este punto, el Gobierno en pleno debería dimitir y se desataría una grave crisis política en Rusia. El peligro de que la oposición pueda desquitarse en el Congreso que comenzó el lunes es real, a juzgar por las conclusiones a que ha llegado el grupo analítico del presidium del Sóviet Supremo de Rusia. Según los expertos, sólo 136 diputados apoyan resueltamente al Gobierno, 266 lo hacen en parte mientras que 653 no lo apoyan (de éstos, 483 están radicalmente en contra).

Ni las ofertas de carteras ni las conversaciones de Yeltisn con el líder de la oposición, Serguéi Baburin, evitaron que la comisión redactora incluyera el punto por el cual se priva al presidente de los poderes extraordinarios que el Congreso le concedió en noviembre pasado. Yeltsin, que ha reiterado que no está dispuesto a que se recorte su poder, podría aceptar dejar su puesto de primer ministro y ya ha anunciado que incluirá en el Gabinete a hombres de empresa, pero no está dispuesto a ceder más.

La aprobación de la propuesta de la comisión redactora "significaría una derrota total, la renuncia a la reforma y la dimisión del Gobierno en pleno", aseguró a este diario Serguéi Shajrái, asesor de Yeltsin y viceprimer ministro hasta hace dos semanas.

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