Cartas al director

Desarrollo y medio ambiente

En el editorial de EL PAÍS del 11 de febrero de 1992 se desliza un error terminológico que merece la pena resaltar, pues se está repitiendo en varias publicaciones españolas, incluso en algunas de carácter técnico. Decía el editorial: "Ya no se concibe la conservación del medio ambiente por sí solo, y el concepto a aplicar es el de desarrollo sostenido, el que tiene en cuenta el bienestar del hombre sin olvidar que los recursos naturales son limitados". Pues bien, el término inglés sustainable development, aunque de difícil traducción a las lenguas latinas, lo tradujo la v...

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En el editorial de EL PAÍS del 11 de febrero de 1992 se desliza un error terminológico que merece la pena resaltar, pues se está repitiendo en varias publicaciones españolas, incluso en algunas de carácter técnico. Decía el editorial: "Ya no se concibe la conservación del medio ambiente por sí solo, y el concepto a aplicar es el de desarrollo sostenido, el que tiene en cuenta el bienestar del hombre sin olvidar que los recursos naturales son limitados". Pues bien, el término inglés sustainable development, aunque de difícil traducción a las lenguas latinas, lo tradujo la versión española del informe Nuestro futuro común de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo como "desarrollo sostenible", definiéndolo como aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.Precisamente es ese informe de 1987 (Informe Brundtland) más relevante a estos efectos que el que citan del Club de Roma, Los límites del crecimiento. Más relevante todavía es plantearse, de cara a la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo del próximo junio en Río de Janeiro, preguntas como las que efectuamos en el último número de la revista Desarrollo: ¿es más que probable que el desarrollo sostenible de algunos pueblos se haga a costa del insostenible bienestar de otros muchos?, ¿es inevitable que la adscripción de más y más pueblos a la interdependencia de la economía global conduzca a un juego de suma cero en el que sólo se sostengan los más fuertes?

Pero la necesidad y creciente preocupación por el desarrollo sostenible no es exclusiva de las espurias relaciones Norte-Sur: en el Norte, o en este caótico cuasinorte que es España, seguimos esquilmando, como revelan las 66 organizaciones ecologistas europeas que denuncian la agresión medioambiental de muchos recursos de los fondos estructurales de la CE. , vicepresidente de la Sociedad Internacional para el Desarrollo,

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