Solchaga plantea un modelo de Estado con mayor participación de la iniciativa privada

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, defendió ayer ante más de 200 empresarios la necesidad de "reconsiderar seriamente el papel del Estado" mediante un debate en el que no debe participar solamente el Gobierno, sino el conjunto de la sociedad. El ministro defendía así un nuevo concepto de Estado, -con menos gasto social- que a veces ha denominado "Estado básico de bienestar", que aseguraría la cobertura pública de ciertos servicios -indispensables- y daría entrada en otros a la iniciativa privada. Al tiempo, lanzó la idea de un pacto salarial a tres años.

Había dos mini...

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El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, defendió ayer ante más de 200 empresarios la necesidad de "reconsiderar seriamente el papel del Estado" mediante un debate en el que no debe participar solamente el Gobierno, sino el conjunto de la sociedad. El ministro defendía así un nuevo concepto de Estado, -con menos gasto social- que a veces ha denominado "Estado básico de bienestar", que aseguraría la cobertura pública de ciertos servicios -indispensables- y daría entrada en otros a la iniciativa privada. Al tiempo, lanzó la idea de un pacto salarial a tres años.

Había dos ministros más, varios secretarios de Estado, algún que otro presidente de banco o caja y lo más granado del empresariado español. Y ellos fueron testigos de la filosofía que Solchaga quiere inculcar en el camino de la convergencia hacia Europea. "En inflación, y tipos de interés", dijo, "no hay problema para cumplir las condiciones de Maastricht". Y lo mismo ocurre con la deuda. España mantiene un nivel de endeudamiento público del 43% del PIB, que el ministro anunció se mantendría estable hasta 1997, frente al 60% requerido por la Comunidad. Lo más preocupante es el déficit. El año pasado el déficit de las administraciones públicas fue del 4,4%, y de él, un 1,2% es achacable a autonomías y ayuntamientos a los que pidió, una vez más, moderación y coordinación con la Administración Central.Pero Solchaga pidió, en este caso a toda la sociedad, un cambio de actitud. "Abandonar el pesimismo histórico de quien cree que es imposible cumplir cualquier objetivo ambicioso". Frente a ello recomendó "actitudes positivas", claves para la convergencia.

La primera es "la responsabilidad de una sociedad civil cada vez más fuerte para no desdeñar ni un solo esfuerzo por pequeño que sea". Aludía así a la necesidad de moderación salarial por parte tanto de empresarios como de trabajadores, incluso en las empresas más pequeñas. El segundo paso al que hizo alusión es a la eliminación de obstáculos estructurales que impiden el funcionamiento correcto del mercado de trabajo, y a una mayor competencia en la prestación de algunos servicios que ahora se dan en régimen casi de monopolio. Por último, Solchaga sorprendió al proponer la "reconsideración de las administraciones públicas tanto en su forma como en su contenido".

Para el ministro, la tendencia actual es que el Estado atienda multitud de frentes con escasos recursos, lo que conlleva un considerable nivel de ineficacia. "El país debe priorizar los objetivos de las administraciones públicas para evitar la dispersión. Hay que asegurar que el Estado haga bien lo que debe y que dificilmente va a cubrir la inciativa privada".

Distintos niveles

Según la teoría del ministro hay un primer nivel que el Estado debe atender de forma exclusiva y primoridal. En él entraría la administración de justicia, por ejemplo, el servicio exterior y el orden público. Un segundo nivel en el que sitúa la enseñanaza, la sanidad, las pensiones y las infraestructuras debe contar, sin embargo, con mayor participación de la iniciativa privada "y todo lo demás no es que sea superfluo pero no debemos atenderlo hasta que lo anterior no funcione bien".

En el transcurso del debate, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección, el ministro lanzó un importante globo-sonda: la bondad de un pacto salarial a tres años. "Vería en él bastantes ventajas", dijo. Pero luego matizó. "El Gobierno no plantea una propuesta concreta, pero si alguien la lanza, la estudiará".

En cualquier caso, al ministro no le gusta el actual sistema de negociación colectiva, una mezcla de centralizado y descentralizado por territorios y ramas. "En definitiva, el más ineficaz", opinó.

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